16 diciembre 2007

LOS DESEOS HABLAN MAS QUE LOS SILENCIOS


Quisiera recorrer esos cielos
con vastos espacios sin senderos,
acariciando la vida siempre cambiante,
oyendo el murmurar del trigo
que se agita, y contemplar desmoronamientos
que vuelvan a unirse, antes de que
el canto de los pájaros se apague en el aire.

Acostumbrarme al vehemente haz
del relumbrar de la luz, ante una olvidada
oscuridad y hacia esa distancia, dejar volar
mis fantasías, escuchando el siempre
sollozante líquido de la vida, en un territorio
de sueños entre espacio y tiempo; detenerme
en un rincón perdido y, disfrutar las horas
inciertas como esperando…pasivo, receptivo
y silencioso, ante los vacíos asombros
de un destino y la frágil eternidad.

Marcelino Menéndez González

RECUERDOS


Recordó la memoria el frío repentino
que humilla pareceres de sueños perdidos
y palabras soportadas; con pisadas
de huellas sin rumbo que sin embargo,
me llevan al tiempo de la meditación
donde se detienen los pasos de una vida
rutinaria, en donde contemplo la soledad
del horizonte, con las grietas del tiempo.

Es una inquietud que no se desvanece
y perdura con matices de asombro, hasta
convertirse en enigma.

Es como preguntar sin respuesta
en un rincón del viento, con olor de espera
inútil en el desesperado abismo de los sueños,
aunque no tengo que aprender a recordarte,
porque traigo la distancia de tu propio tiempo
y la distancia de otra tierra, sin olvidar que de ti
y de allí vengo.

Marcelino Menéndez González

EN EL VÉRTICE DEL TIEMPO


Con un inmortal silencio
y el reposo de la luz,
el eterno tiempo con el velo
de las sombras, fue cerrando el postigo
donde ya nadie me espera,
ni a nadie espero.

Fue un momento indiferente
y, sin embargo, en el humo se quedaron
las palabras; humos blancos
que se alejaron, en la callada altura
de nuestra despedida…

Donde yo quedé, perdido en tu silencio
y tú, flotando en mi infinito;
y la esperanza en el vértice del tiempo…

Marcelino Menéndez González