12 diciembre 2010

CUANDO EL SILENCIO


Cuando el silencio está a la espera del ruido
y se despierta el alma dormida del paisaje,
-desprendiendo una música humilde-,
las hojas de las ramas con sus oscilaciones,
se recrean con ligeras cadencias meciéndose
al compás de una suave brisa.

Si bien las tinieblas necesitan de los ojos
y de la memoria de la luz, ésta, en una elegante
huida, se va cubriendo de penumbras hacia las sombras,
en busca de la noche quizá, tras un vago
secreto de ternura o ansiadas respuestas ocultas,
en esa profunda oscuridad.

Y haciendo inseparables mi pensamiento y conciencia,
-mientras subyace lo intangible- permanezco ocupando
los sentidos en el centro de su esencia y su capacidad de ser,
entre tanto siga flotando, el líquido de la transparencia
y la armonía del equilibrio emocional.

Marcelino Menéndez González

DESEO ETÉREO


Fue un andar hacia el azul ocaso,
y entre tanto, el alma iniciaba el tránsito
a las sombras, con la sensación
de que todo se acaba, revoloteando
la melancolía…

Mientras, la postrera luz rielaba en las aguas
palidecí entes del misterio y la soledad.

Y como una huida a espacios infinitos,
intenté buscar mi yo perdido ante esa ansiedad,
y sólo encontré el eterno silencio
de mi inmenso vacío…

Marcelino Menéndez González

ETERNAS DUDAS



A veces me es difícil sobrellevar
alguno de los días de alargadas sombras,
viendo como la luz se va encubriendo
a través de leves penumbras, en una elegante
huida hacia el encuentro con ellas.

Es entonces cuando no surgen las respuestas
que quiero hallar y no encuentro; y me pregunto…
¿qué tengo que hacer para encontrarlas?,
¿inquirir a quien y donde?, ¿hurgar en mis raíces?,
¿quizá en mis sentimientos? ¿habría que hacer
tambalear principios o razones? o ¿aceptarlo
simplemente como algo invisible que subyace?,
¿intangible tal vez?...

Y llego a pensar, que cuando se busca algo que no
existe, nunca se encontrará.

Marcelino Menéndez González

INSPIRACIÓN CREADORA


Imaginar disipar la oscuridad
con la luz y en esa luz, ver la inspiración
y cómo de ella surge de forma espontánea
y natural, lo que escribo desde
lo inquieto de mi espíritu

Se acompaña de mi soledad, mi respirar
y de los rasgos de mi letra y noto
que cada palabra, quiere trasmitir un algo
mezclado de emoción y sentimiento,
con la ansiedad de que sea receptivo
en la misma línea de sensaciones creadas…

¿Quién puede decir lo que siente si no lo expresa?,
no quiero oír el pulso de la tierra,
ni averiguar la velocidad del aire,
ni escuchar la banda sonora de la nostalgia,
sólo quiero dejarme sentirlo, expresarlo
y con ello ser y estar, recorriendo
ese camino de interior a exterior,
en busca de la luz creadora.

Marcelino Menéndez González

PRINCIPIO DEL VACÍO


Cuando se estremece nuestro interior
y se llena de vacíos,
qué importante es acudir a llenarlos
cuanto antes, dejando dentro de ti
renovados propósitos y creando nuevos espacios
de pensamientos y sueños, para ser matizados
de forma objetiva, y utilizarlos de manera positiva,
dentro de ese paisaje elegiaco de la existencia.

Incluso si es necesario humillar nuestra soberbia
y al hacerlo, rectificar, buscando una nueva compañía
y renovando nuestra fe en las cosas perdidas,
ya que no deja de existir la responsabilidad moral
de terminar el camino, que nos falta por andar…

Dejar entonces dentro de ti lo nuevo
tolerando que circule, enviando a tu cerebro
mensajes de que siguen existiendo momentos
agradables y maravillosos que valen la pena
de disfrutar y vivir.

Marcelino Menéndez González

SOÑÉ UN SUEÑO


Quiero dejar libres los cinco sentidos
compartiendo momentos de conciencia
y abrir la puerta que está dentro de mí.
buscando su equilibrio y armonía…

Ya estando dentro, reparar en los pequeños
detalles y los contrastes para percibir
los efectos en el alma de los sentimientos
y su emotividad afectiva, y si están acordes
a la realidad, rechazar los mensajes ocultos
y recuperar la paz que ha sido destruida.

Y es que cada sonido tiene su idioma,
y la niebla su propio llanto, en ese tránsito
de la textura de la vida en la que vamos
tan de prisa, sin siquiera ver los bordes del camino,
incluso, sintiendo que algo estaba y ya no está,
como la luz sobre el olvido.

Y entonces, ¿seguirán los espíritus en el cielo?...
quién sabe, …yo no lo sé, pero quiero
dejar la puerta abierta, por si alguien necesita regresar…

Marcelino Menéndez González

07 noviembre 2010

DUBITATIVO


Qué es lo que nos hace sentirnos impregnados,
de los momentos vividos, retrotrayéndonos
de manera singular a una virulencia de sentimientos
emocionales, infiltrados de un no sé qué especial
que nos permite revivir con igual sensación
esos estados de ánimo pasados…

Es como una convulsión interior con aceleración
de latidos y que nos eriza la piel y nos llena de
ansiedad y algún sollozo reprimido, porque quizá
fue el encuentro entre dicha y angustia, el placer
sintiendo el adiós, la sonrisa que surgió de la tristeza
o el desaliento de haber perdido lo hallado.

También el resurgir el reproche a aquello
que no supimos decidir de forma adecuada,
o el lamento de haberlo hecho tal cual fue
con sus consecuencias inesperadas.

Siguen siendo como la luna de las hojas caídas,
reflejos de luz en las sombras, o el pequeño
ruido en medio del silencio.

Marcelino Menéndez González

ENCUENTRO


Me he ido asomando a tu interior
a través de tus palabras y gestos,
que me han dado pareceres y sensaciones,
de lo que piensas y sientes.

Han surgido con una sencillez y una naturalidad
que han logrado el encuentro con lo grato
y lo sincero, con lo ameno y agradable de su tono,
abrazando todos los aspectos de lo que significa
el valor de una persona plena de matices
de lo humano y todo lo entrañable, que se puede ser.

Ha sido entonces, cuando yo he podido
desenterrar mis raíces y volcar mis vivencias,
animado por tu diálogo, resultando un encuentro
especial de convergencias y el inicio de una empatía
que ha nacido, con los matices más sinceros
de lo espontáneo.

Marcelino Menéndez González

LO QUE SIENTO Y LO QUE SOY


Lo que siento, sé que tú
puedes sentirlo también
a pesar de que, cuando me miras,
hay cosas que no ves…

Sin embargo, ¡yo quiero todo lo que eres!
y porque ahogas todo este miedo
que siento dentro, no puedo dejarte ir
porque, ya eres parte vital
en la esencia mía y todo lo que yo soy.

Marcelino Menéndez González

PREGUNTAS


¿Quién da el color a las flores?

y ¿quién el aroma?,
¿quién las llena de belleza uniendo
el asombro y el encanto?,
¿porqué cierran o abren sus pétalos
según la luz y el tiempo?
¿ y es que cobran alma cuando tú las miras?
¿porqué los campos dan flores sin que
nadie las haya cultivado?.

¿Es que para escribir se requiere un
idioma castizo y estudiado?...

Siempre las preguntas, las eternas preguntas

Marcelino Menéndez González

RECAPACITAR


Quiero dejar de huir de mi mismo
rechazando cosas que no siento
de lo que llevo conmigo.

Si bien cada uno guía su propio caminar
y lo realiza de acuerdo a su capacidad
de tiempo, espacio y movimiento,
- se hacen relativos- y muchas de las veces
no se acoplan a las circunstancias
de la verdadera realidad.

Y es cuando resulta necesario reflexionar
para no olvidar agradecer ,aceptar, compartir
y perdonar y, con todo ello, adaptarse
a lo bueno y a lo malo, a tener y no tener,
y saber ser y estar.

Aprender a crear la felicidad y para construirla
poco a poco, hacerlo transformando en positivo
todas las vivencias, dándoles sentido y forma
ya que lo que tiene forma y se puede definir, ¡existe!
y es cuando se pueden juntar el asombro y el encanto,
consumándose el sentido de la vida.

Marcelino Menéndez González

16 octubre 2010

UNICOS


No me lo digo, porque lo sé;
es cuando disfruto de esos momentos
sin moverme siquiera, quieto, relajado,
entre despierto y dormido antes de levantarme,
gozando la pereza…

Marcelino Menéndez González

UN OCASO DISTINTO


El instante de un crepúsculo
de increíble profundidad en donde,
el espacio acompaña los pensamientos
y los aromas el alma del atardecer…

¡Qué sabe nadie de lo que se siente
en esos momentos y lo que se piensa!,
si uno mismo es incapaz de describir
toda su intensidad, en medio de
ese puñado de silencios surgiendo,
como si fuera el nacer de una perpetua espera,,,

Sólo se oye un latir interno donde
el corazón parece buscar desacelerar
la emoción vivida, donde se llenó
un vacío de maravillosa policromía,
atravesando el breve tiempo de lo excelso,
y el arrebol flotando aún entre las nubes
con el adiós de sus matices de belleza.

Marcelino Menéndez González

ME OLVIDO DE VIVIR

A veces ya no sé lo que siento,
y es que no quiero ocultar la verdad
con mentiras, ni robar a la noche los sueños;
olvido vivir los detalles pequeños
y los momentos más sencillos, momentos
que no vuelven otra vez.
en ese correr a ninguna parte y donde
voy dejando las raíces de mi ser.

Me olvido de apreciar los colores y
las tardes quietas y serenas; ya no veo
las noches de estrellas ni la luz de la aurora
en el amanecer; ya no miro la ternura en los ojos,
ni la sonrisa en los labios.

He perdido la razón del camino
y he encontrado el olvido de vivir…

Marcelino Menéndez González

COMO AGUAS DE RÍO


Somos como las aguas de un río
en el que no formaremos parte de su cauce
una segunda vez…

La vida es única e irrepetible y deberíamos
de tener conciencia de que es así en realidad,
y donde estamos flotando siempre en el adiós…

Marcelino Menéndez González

EN ETERNA BÚSQUEDA

Quiero relajarme y hallar
ese remanso mental deseado,
e imaginar algo que fuera tan bello
antes, que la propia belleza.

Como el tierno despliegue de las olas
sobre la arena, acariciadas por su espuma;
ver los reflejos de luz entre la urdimbre
de hojas tempranas y cómo se adornan
con las primeras candelas del día
el brillo del optimismo en los ojos
de las personas.

Cómo renace la vida cada mañana
sin detenerse y todo gira, bulle y se mueve,
agitándose en una singular rutina de normalidad
que nos impide apreciar, las circunstancias
diferentes que también se crean y amalgaman,
en esa unión eterna de principio y final.

Saber disfrutar de la gran diversidad
de colores con sus tonos, luces y sueños,
y respirar los aromas y la vida misma que existe
en todo lo que nos rodea y llegar a sentir
esa paz y tranquilidad interior que sea capaz,
de darnos la armonía deseada en nuestro estado de ánimo…

Marcelino Menéndez González

LA VIDA ES UN SOÑAR


A veces llegamos a saber
que algo es verdad,
porque alcanzamos a verlo;
aunque lo esencial es invisible
a la vista.

Y también a veces,
la vida es un soñar donde
no rige el tiempo y es cuando
sientes penetrar parte del alma
en el sosiego;
y en la contemplación de las estrellas
de la madrugada, que tanto sugieren
y muestran, permanecer con el pensamiento
abierto en el aire, y preguntándote
si tendrá eco la sombra….

Marcelino Menéndez González

LARGOS CAMINOS


Cuando me pierdo por la vieja memoria,
recuerdo haber sufrido largos caminos
amontonando olvido; y donde el frío
se hacía más osco, escuchaba el silencio
de las palabras no dichas…
y me sentía más lejos preguntando
quien llenaba voz y oído, quien mis vacíos,
hasta llegar a inventar lo que no existía.

Soñaba paladear la dulzura de un sentimiento
y la sensibilidad de una caricia y como
los troncos de los árboles, sufriendo la amargura
de la soledad y sin saber qué hacer.

Siguió el ritmo de la vida y no sabiendo
donde estabas…¡llegaste tú!
y fue cuando se estremeció mi interior
de emociones intensas y cobraron alma
todas las cosas.

Marcelino Menéndez González

05 septiembre 2010

AL ESCRIBIR


Encerrado en el aire de mi habitación,
al escribir, quiero mimar cada palabra
con la sensibilidad de la delicadeza,
y la capacidad de poder expresar la sensación
de desentrañar las cosas:
como la del espíritu que se posa en el tiempo
y el espacio, y contempla la luz..
con el deseo de ver en ella ese horizonte de paz
que tanto anhelamos, haciendo de ello
una bella filosofía de vida.

Y si las palabras pueden crecer hacia esa luz,
perfilar los detalles en los filtros de la mente,
convirtiendo los instintos en una realidad transparente,
y los propósitos en verdades absolutas, mecidos
en el columpio del mejor estado de ánimo
abrigados con el calor de la esperanza.

Aprendiendo de esa manera, a saber libar
toda la energía positiva generada, enriqueciendo
la esencia de esa forma de vida.

Marcelino Menéndez González

ESPACIOS VACÍOS


Quiero, al contemplar esos espacios
que aún permanecen vacíos, poder llenarlos
de contenido capaz de crear e impregnar,
una forma de expresión distinta que abarque
toda la incertidumbre de lo esperado,
sin perder su intensidad emocional.

Quisiera tal vez que fuera, como los verdes arrancados
a la tierra desparramándose ante la vista
más allá de un suspiro, -de forma natural
sin pinceladas de adorno- o como figuras
escondidas entre luces y sombras marcando
su perfil en el horizonte o como un detalle más
de la vida, contemplar como discurren las aguas
libres de un río con sus meandros acariciando
orillas , en busca del confín de su mar…

Y con el vaivén de la vida, como las astillas
del bosque, dejar la puerta abierta
por si alguien regresa…

Marcelino Menéndez González

FUE UN REMANSO


Mientras el sol se derrumba
en el borde del horizonte, aún
con una frágil resolana,
explota tal diversidad de matices
de una policromía tan increíble,
que llena todos los espacios callados
surgidos del silencio, con la agonía
de esa luminosidad.

Esta vez ha sido un ocaso distinto,
quizá por el sitio en el que lo contemplaba,
tal vez por la compañía mental con la que estaba,
o acaso por sentir vibrar una armonía
en la que surgía una empatía tan sincera,
como mi alma añoraba…

Fue un remanso en el que viví un instante
único e irrepetible…

Marcelino Menéndez González

MÍSTICA


Con el despertar de cada día,
quiero seguir teniendo la capacidad
de maravillarme de que así ocurra.

Y sin dejar de sentir el encanto
y el asombro del sentido de lo místico,
agradecer la más bella y profunda emoción
que nos es dada, para poder percibirlo.

Marcelino Menéndez González

PENSAR QUE SUEÑO


Cierro los ojos para pensar que sueño
ensimismado en mi propia reflexión,
tratando de cincelar los propósitos
estrujando los recuerdos en la memoria,
como una historia desguazada
de vías muertas, en estaciones abandonadas.

Todo cobijado de un frío de tristeza desolada
y, a pesar de la desgana y el cansancio
queriendo llenar los espacios de mi horizonte,
surge de improviso la visión de una luz intensa
que me ilumina y me conduce por un camino
de sugestiva ingenuidad, en el que percibo
un contorno cercano en el que tus ojos
hacen todo mi paisaje.

Es cuando el helado invierno se derrumba
y vencido, deja paso a esa deseada primavera en que
la reconciliación abraza todos los rincones,
y tu mirada irradia la paz y el sosiego
que mi alma necesita sintiendo renacer un nuevo día.

Marcelino Menéndez González

03 agosto 2010

OÍ VOCES


Emocionado en el recuerdo
en medio de una soledad desnuda,
oí voces llorando en mi interior
en ese viaje invisible que hacemos
por dentro, como viajeros del tiempo
recorriendo caminos hacia las respuestas
a tantas cosas, ignorando que están ahí.

A veces las buscamos queriendo volar
con las alas de los ánimos fatigados o
con la incertidumbre de la ignorancia y
también viviendo momentos transitorios
buscando en la noche el encuentro hacia
el alba, olvidando esa riqueza que existe
sin descubrirla en nuestro propio yo.

Y no tener que permanecer más tiempo, hurgando
en los ojos de la tristeza sino viviendo en
la auténtica realidad de nuestra forma de ser.

Marcelino Menéndez González

LA MÚSICA


Let the music play. Barry White

Ven y sube,
sube conmigo a la música y que suene
hasta que haya desaparecido la tristeza…

Dejémosla que venga hasta que desaparezca
mi dolor, utilizando los impulsos
y las sensaciones, sin tener que dar
ninguna explicación…

Estabilizando y armonizando las reacciones
sin enterrar el sentido común y sí hallar
el gusto y el disfrute de las cosas,
sabiéndolas vivir, sin que la fuerza de ánimo
nos abandone…

Ven, ven y sube conmigo a la música que suene
una y otra vez, permaneciendo así,
en el columpio de ese incomparable
equilibrio melódico y donde siempre te esperaré…

Marcelino Menéndez González

INCONCLUSO


Es el llegar al silencio, a la soledad a las sombras,
y perdido en el laberinto del vivir
con el tiempo agotado, -sabiendo quién se es-
llegar al vacío donde ya no hay nadie en el espejo,
en ese sin regreso, donde se halla…el final.

Y pensar que sólo quería que existiera ahora,
como entonces….

Marcelino Menéndez González

05 julio 2010

CUANDO SOPLE EL VIENTO


Quiero hallar el aliciente de un nuevo camino
y la rutina me lo impide; obstaculiza los intentos
de iniciarlo, haciendo surgir lo imprevisto
y ahí estoy, estático e inseguro como si fuera,
no lo primero ni lo último sino lo único que quiero hacer.

Y es que deseo mirarme en un rostro del que emane
al unísono, la sonrisa en los labios y en la mirada;
esa sonrisa que no empobrece a nadie
y si enriquece al que la recibe… y tú eres esa respuesta…

Eres el aroma que ,me gusta, la mirada que quiero ver,
y eres la que me hace sentir así…y yo no puedo fingir
que no te veo y tú… ¿es que no ves que eres tú?...
como el transcurrir silencioso de la armonía, el bienestar
de una agradable brisa, el remanso tranquilo de un arroyo,
la caricia de un rocío matinal o la noche plagada
de estrellas, con la luz de luna reflejando el sol.

Eres como lo diáfano,, lo sutil y verdadero,
como la realidad de cada día surgiendo
en cada amanecer y eres…lo irrepetible
de una maravilla; eres pues, la senda que tanto
sueño y tanto ansío andar…

Aunque quizá la respuesta llegue, cuando sople
el viento…

Marcelino Menéndez González

PRESENTIMIENTO


Vivo la sensación de un presentimiento
que me hace intuir que algo se mueve
dentro de mi; es el sentir el nacer una pizca
nueva, inocente, limpia, pero muy diferente
e intensa; diría que es la expresión más cálida
de un sentimiento.

Es percibir la tranquilidad y el sosiego,
del transcurrir apacible de las aguas de un arroyuelo,
sin apenas ruido para no despertar a los silencios,
y con un leve chasquido que te permite notar
y asociar reflexiones diversas, sensibilizando
tu consciencia.

Enlazando así mismo estados de ánimo positivos,
que alimenten actitudes responsables, serias
y plenas de sentido, capaces de brindar comprensión
y afecto.

Sin duda es algo especial y muy grato;
es el sentirse bien y a gusto consigo mismo

Marcelino Menéndez González

RINCONES SIN LUZ


Estoy y me siento receptivo a muchas cosas;
son sensaciones como la de saber que las estrellas
que no ves, siempre siguen ahí…

Y siguiendo el camino de la reflexión,
encontrar y contemplar el rostro del horizonte,
pudiendo disfrutar el oro crepuscular de un paisaje
de aguas mansas y en los mundos del sentimiento
matizarlo todo con la belleza de la plenitud y el universo
de la sensibilidad.

Sintiendo así, en lo profundo del encantamiento interior,
la lectura de lo sublime y lo tierno.

Aprender a alumbrar los rincones despojados de luz
cuando todo oscurece, con el resplandor de las luces
del amor y aceptar que muchas veces, por largo
y deliciosamente maravilloso que nos parezca el silencio,
siempre existirá la palabra que lo rompa

Marcelino Menéndez González

SAKURA


A veces, sólo a veces,
con los matices simples de lo espontáneo,
siento estremecerse el alma
en una dulce armonía de luz de colores diversos,
llenando de viva emoción
la orilla profunda del sentimiento,
y lo más pleno y sensible del espíritu…

Y como blancas flores del cerezo, caer de sus ramas
en plenitud, sin marchitarse…
celebrando la vida sabia de la naturaleza,
con el símbolo de la delicadeza…

Marcelino Menéndez González

02 junio 2010

AMBICIOSO ANHELO


A veces, como el cuerpo y la sombra,
lo real y la apariencia, así surge el sueño
de una poesía que viene hacia mí y cuyos
versos escucho, con el aire de la mañana.

Es el sueño del que uno se despierta una sola vez
y que te hace ver,- por la curva del cielo-, como vuela
el sol en esa bóveda celeste bajo las estrellas
y como alas de un pegaso se detienen, generando
la chispa de la inspiración…

Es la ansiedad manifiesta que sientes y no ves;
es el disfrute de un goce pleno pero intangible
y es la alegría de un estado de ánimo con
la necesidad de trasmitirlo, invadiendo todo
lo que te rodea.

Es cuando en tu ego interior vives la satisfacción
inmensa, de haberlo podido hacer realidad y que
deseas comunicarlo a todos, por el logro de tu
más ambicioso anhelo.

Has logrado crear un poema…

Marcelino Menéndez González

ESPERO LOGRARLO


Cursan los días sin grandes cambios
en el recuadro de la vida y es que tengo
cada vez menos tiempo, de aquí en adelante.

La luz de la aurora invade las sombras
que regresan a las sombras y es cuando
la mañana aparece a mis pies..

Vuelve el dolor no dicho y la esperanza
que te mantiene como humano y es
que mi alma tiene prisa y quiero la esencia,
porque lo esencial es lo que hace que la vida
valga la pena de vivirla, con la intensidad
que sólo la madurez puede dar.

Y, a pesar de que lo que está quieto no se agita,
seguir caminando con los demás, como
ese último camello de una fila en el desierto
pero habiendo sabido encontrar la paz en la conciencia,
consolándome en sonreir en lugar de llorar,
y callar con ganas de gritar.

De verdad, espero lograrlo.

Marcelino Menéndez González

EXTRAÑOS EN LA NOCHE


Ignorando el porqué, he vuelto a sentir
lo que en ese momento determinado sentí.

Me encontré de repente envuelto por la noche,
las calles desiertas, y caía una ligera lluvia
que salpicaba de añoranza las farolas de luz,
surgiendo un eco lejano de una música que
identifiqué como “Extraños en la noche.”

Fue entonces cuando sentí y viví una
espesa y profunda soledad y las gotas de lluvia
se mezclaron en mis mejillas con lágrimas
de un llanto que surgía de mi interior,
acompañado de un gran dolor.

Ese momento se volvió eterno en el tiempo
porque ,estuvo lleno de pena y de una tristeza
única que me abrazó con desesperación; la razón
era que, ya no estabas tú…y no sabía donde encontrarte.

Supe que te habías ido para siempre
sin habérmelo podido decir y ello originó
que ésta vivencia se acrecentara en el transcurso
de los años, con la nostalgia de aquellos recuerdos
maravillosos vividos y que siguen formando parte
de mi vida y que de vez en cuando brotan -como ahora-
y lo hacen adornándose cada vez de mayor belleza,
aunque con la evocación de ese aciago día.

Marcelino Menéndez González

INTENCIONES


Siento que debo detener mi andar y recapacitar
para comprender, el delicado equilibrio de la vida.

Y es que no se puede seguir persiguiendo el arco iris
porque como surge, desaparece y es que nunca acabas
de acercarte a él, porque siempre se aleja…

Y la vida no funciona así como uno quiere, y hay
que rechazar muchas veces lo cuestionable y acercarnos
a lo justo y adecuado a nuestro forma de ser y sentir
no permaneciendo siempre asidos a la fe y a la esperanza,
como recurridos recursos, -que a veces no llegan-
sino aferrarnos a la entereza y al carácter, aprendiendo
a saber enfrentarnos a las vicisitudes, con la capacidad
de solucionarlas en positivo, a base de tenacidad,
esfuerzo y decisión.

Disipar las brumas del horizonte para apreciar la claridad
y la luz, consiguiendo con ello en cada nuevo día,
un renovado estado de ánimo apoyado en un sereno bienestar
sabiendo, que existen esos remansos capaces de hacernos
disfrutar lo mismo del olvidado gorjeo de los pájaros,
que de una plácida tarde contemplando el ocaso y su arrebol.

Marcelino Menéndez González

LA BELLEZA DEL AMOR


No sé qué espíritus de inspiración
se elevan conmigo, hacia esos confines
de excelsitud, que son capaces de unir
el lazo de la melodía y la armonía…

Y que de ellos surjan vibraciones sutiles
de sentimientos en plenitud, capaces
de trasmitir sensaciones únicas de un equilibrio
total y único, en el que se hallan abrazadas
en el alma, la expresión más exquisita de la
música y la belleza del amor sublime.

Marcelino Menéndez González

LA ESPERA


Vivo con la sensación de estar esperando algo;
siempre la siento e ignoro qué es.

Un eterno busco y no encuentro que a ratos,
me invade de incertidumbre; las palabras
que me acompañarían para poder describirlo,
no se donde están y mi caminar sigue
acompañado de vacío…

Es la interrogación en las preguntas
y el silencio en las respuestas, es como
el zumbido de un insecto que no se ve
y todo se mantiene como algo misterioso
y mágico.

A veces descubro mi miedo y escribo
con el ánimo de resolver esa nebulosa interna,
que tanto me inquieta y sobrecoge, aunque sé,
que cuando menos lo espere con callada quietud,
como algo subliminal, ¡llegará!...

Marcelino Menéndez González

SER YO


Es lo que llevo de desconocido en mí mismo,
lo que me hace ser yo.
Paul Valéry

A veces, mis palabras salen de otra voz,
de otra persona que me habita y no conozco
pero sé lo que siente, y sé también
que no soy yo, aunque vive en mí.

Tan diferentes somos los dos, en el mismo cuerpo…

Y es lo que llevo de desconocido en mi mismo,
lo que me hace ser yo.

Marcelino Menéndez González

03 mayo 2010

EN LA BÚSQUEDA


Veo las olas rompiendo en los espigones,
salpicándome con su espuma, haciéndome
revivir aquellos momentos, en que la ternura
perfumó con su paso mis sueños.

Con el fervor de la lucidez positiva
y la lluvia del sol, digo que me gustan
algunas tardes tristes, porque me llenan
de melancolía y entonces parece,
como si los sentimientos cobraran
un mayor significado y se deslizaran
con una nítida transparencia…

Son esos momentos en los que me sumerjo,
con la sensación de penetrar en busca
de lo intangible e inefable, como si fueran
paredes sin aristas, o como si mi corazón
tuviera que caber en un poema;
y continúo queriendo hallar esa mirada de mirar
intenso en la que me perdí, entre la pasión
y la razón, lo real y la apariencia.

Y sin dar explicaciones,- porque hay quien no
las necesitaría y otros a quien dándolas,
no me escucharían-, me sitúo donde nadie lo creería,
si supiera lo que deshecho y se sorprendería de
lo mucho que conservo, para alcanzar mi propósito.

Marcelino Menéndez González

A TU MANERA


Los momentos sustanciales son los más silenciosos
y me parece a veces, como si navegara en el vacío
donde hay espacios en los que me pierdo, y son
la soledad y el miedo y sin embargo existe luz…

Luz que me ilumina de esperanza en ese caminar
errante, hacia la realidad que tantas veces
nos resistimos a aceptar y en la que no pensamos
en lo que tenemos, sino en lo que nos falta.

Y donde todo y nada parece entre lo perdido
y lo ganado, entre lo sufrido y lo gozado, entre
lo reído y lo llorado y es entonces cuando
nos llega el final; y entre el parecer y el ser,
con nudos en la garganta te das cabal cuenta,
de que el tránsito de tu vida ha sido simplemente…
a tu manera.




Marcelino Menéndez González

EL RECUERDO


Me pareció como si su cuerpo
llegara del sol y su alma de la lluvia,
limpia como cielo de abril,
leve como brisa matinal y como si
toda ella fuera la caricia del silencio…

Creó una nueva energía en mi vida
poniendo paz con mi pasado y cerrando
la herida abierta del remordimiento;
con ello me hizo amalgamar nuevos sueños
para continuar el viaje, uniendo mis deseos
más íntimos ya que sentía que era verdad,
y lo veían mis ojos…

Pero de repente todo cambió y tal como vino,
desapareció… y me dejó en un encuentro,
sin encuentro y su ausencia creando
todas las ausencias, formando con su añoranza
el matiz de una leyenda y así ha permanecido
constante en mi horizonte, ya que supo crear
en mi interior un increíble equilibrio emocional,
que me permite seguir llevando la vida en armonía,
como si fuera una suave lluvia capaz de rociar mis raíces,
en silencio, serena y mansamente, con la esencia
de su recuerdo.

Marcelino Menéndez González

EL REENCUENTRO


Era una noche tibia,plácida y serena
adornada de otoño;el caminar por la calle
empedrada a la luz de los faroles que
de forma tenue alumbraban nuestro apacible
andar, daban al momento una sensación especial
de remembranzas pasadas…

Resonaban nuestros pasos con un rumor cadencioso,
que acompasaba el latido de mi corazón,unido
al silencio de las palabras y en las que,el pensamiento
seguía forjando ideas que permanecían calladas,
a pesar del intento de querer pronunciarlas.

De repente, al unisono, hablamos los dos con un
lo siento, que provocó una leve sonrisa
entre ambos, pero suficiente para romper el mutismo
que nos precedía, y nuevamente quisimos a la vez,
iniciar el diálogo interrumpido, que creó la cesión
de que fuera uno solo el que hablara, y fue cuando
nos percatamos de lo que nos rodeaba; la noche, la calle,
y los faroles que despedian esa pálida luz,que hizo posible
vernos alumbrados de razones creando un deseo mutuo
de enmienda y reconocimiento, y que despertó
el cariño que había permanecido alertagado,haciendonos
capaces de vivir ese momento,con el ánimo de disfrutar
su singular belleza y nuestro,hasta entonces,
extraviado reencuentro.

Marcelino Menéndez González

LOS PASOS QUE NOS QUEDAN


Como si la luz fuera asomándose temerosa
ante las sombras, nos vamos dando cuenta
que aprendemos a vivir, después de que la vida
se nos ha pasado, buscando soluciones
entre pesares y alegrías, añoranzas y futuro,
queriendo atrapar el goteo del tiempo ido,
ante la dictadura de las horas.

Hemos perdido en ese caminar multitud de pequeños
detalles y, ante nudos de nostalgia, nos surge
algún perdido recuerdo de la infancia, algún momento
especialmente vivido y aquello que ocurrió
por algún motivo y cuando menos se esperaba.

Fueron sensaciones que emanaron de circunstancias
diversas en las que, -sin saberlo- pusimos rejas
en nuestras ventanas que nos impidieron tocar las flores
que adornaban nuestra vida de libertad y nos privaron
de su aroma, dejándonos en un oasis ante el deseo
de nuestros propósitos y anhelos.

Hoy ya no juzgamos los títulos antes que los contenidos
y necesitamos sin embargo, los puentes para cruzar
con los pasos que nos quedan, sin olvidar eso sí,
que el agua de un río no pasa dos veces por el mismo lugar.
Marcelino Menéndez González

LUZ Y SOMBRAS


Qué circunstancia ocurre, en el instante
de surgir lo claro ante lo oscuro y que
me confunde sin podérmelo creer…

Sabiendo que muchas veces me oigo y no me veo,
¿por qué se vuelve sensible lo que percibo?;
¿es acaso algo que llega de repente y se define
como casual?...

Lo que sé es, que fue un precioso momento
en el tiempo, y ver cómo se amalgamaban
las luces y las sombras unidas por un ficticio
vértice, que sin embargo impidió su fusión
en ese marco de un paisaje de infinitud;
fue así mismo, como escribir con el presentimiento
de una filosofía de algo irrealizable y, en la que
cada cual, siguió ocupando su espacio definido
de contraste.

Marcelino Menéndez González

SUEÑO IMPOSIBLE


Quizá es, entre todas las cosas, un sueño perdido;
como algo sin sonrisa, sin eco.

Es como algo que no se rompe, y late en mí
con un silencio que percibo sin ruido y que sigo
sin encontrar…

Veré si lo alcanzo alguna vez donde sea que esté,
aún sabiendo que no conozco ni su nombre,
ni su estampa, ni su voz y si es de niebla o es de luz,
también si hallaré las respuestas en los días
de los tiempos, para acallar mi incertidumbre…

Marcelino Menéndez González

SUEÑO POÉTICO


Si encontrase ese sueño inesperado
que llegara a mí…

Aunque sé muy bien que hay que aprender
a esperar y a crecer, como lo hace el bambú
que tarda cinco años en hacerlo, tiempo
que ocupa para echar sus raíces,
con el propósito de un crecimiento diferente
que después lo supera todo en fuerza y tamaño.

También se me ocurre pensar, cuando las nubes
desplazan su manto de escarcha preñadas de agua,
que vierten suavemente por los toboganes
de las hojas de plantas y árboles, deslizando
las gotas de lluvia convertidas en lágrimas de rocío
que alimentan la tierra y la savia.

Todo sucede entonces cuando llega; y es
que soñaba y soñé y lo hice con un sueño poético
que llegó a mi alma y me invadió de una sensibilidad
y un sentimiento tan especiales, que se colmaron
de una emotiva inspiración, que es la que me hizo
escribir y que escribo sintiendo una soledad tranquila,
como el inmenso espacio en el que se mueven
las estrellas, latiendo en mi infinito.

Marcelino Menéndez González

11 abril 2010

AMOR INOLVIDABLE



Se desprenden los sueños desde mi añoranza,
y fluyen como aguas de un manantial impregnado
de sentimientos; se entrelazan en una urdimbre
increíble de sensaciones, acariciando de sutil goce
la orilla más profunda de mi propio ego.

Y me hacen estar, ser y sentir, dentro de un bienestar
infinito, que me proporciona el disfrute más intenso
y sereno, de un estado grato de armonía.

Todo se impregna entonces de cosas positivas, energía,
esencia y de una diáfana luz, que ilumina cualquier
vestigio de penumbras y en donde además persiste,
una fuerza intensa de vida, que me abraza hasta
el último suspiro de mi aliento.

Y sin robarle inspiración a la tristeza, guardo
en el equipaje de los recuerdos estos sueños,
como si fueran una renovada realidad, que inunda
de pequeñas grandes cosas mi estado emocional.

Sé que por siempre será así, porque pervivirá como
algo mágico y distinto a todo, mientras en mí haya
conciencia de que sigo vivo y, sin poder dejar de amarte,
seguirás siendo algo más que un afán y
una eterna ansiedad…

Marcelino Menéndez González

DISTANCIA


Sé que no estoy en tu mente
salvo en contados momentos y, sin embargo,
me conformo sólo de conocer
que no puede ser de otra forma…

Iluso y absorto, quizá soy capaz
de imaginar que puedo crear
una bella armonía de estados de ánimo,
que me hacen permanecer evocándote,
viviendo y soñando con tu recuerdo,
y preciso que sólo aquellos que son capaces
de percibir vibraciones similares, son los que
pueden llegar a apreciar el valor más sencillo
de los sentimientos y las emociones,
y que encierren el sentido del bienestar,
a pesar de la distancia.

Me siento entonces tranquilo y plácido
en un soñar despierto, que me procura
la sensación de que si bien la vida puede ser
una bella realidad, el lograr alcanzarla
requerirá de la voluntad y la fuerza que
permanezca inalterable, fortalecida en el tiempo
por lo que nos une y no por lo que nos separa…

Marcelino Menéndez González

ENVOLTORIO VACÍO


En los murmullos cuando sueño
entre esa tenue oscuridad, surge
un mortecino haz de luz que en un
continuo fluir, me descubre
un inabarcable infinito de conclusiones
temerarias, en el que recapacito sobre
promesas no cumplidas, desabridas actitudes,
y con ello, desconsoladas percepciones
en el alma.

No quiero entonces almacenar esos residuos
de la indiferencia, ni resentimientos oscuros
llenando con ellos la sensación de vacío
en mi interior, porque no se llena; sólo a través
de pinceladas de amor, soñando un proyecto de vida
e insistir hasta que ese proyecto se realice,
y que todo pueda resultar un aventura maravillosa,
y no, un envoltorio vacío con un montón de nada…
Marcelino Menéndez González

EQUILIBRIO VITAL


Qué necesario es encontrar
un equilibrio vital y, al descubrir
los límites de lo posible no ir más
allá de ellos, y es que no existen
vientos favorables para el marinero
que no sabe donde ir, ya que la vida
es una dura travesía y a veces
necesitamos una tregua y así abundar
en lo que piensas y no convertirte
en lo que miras, para tratar de establecer
una estabilidad emocional de serena actitud.

Y al lograrlo, saber sacar el mejor provecho
posible de cada momento que transcurre,
ya que en la eternidad todo está empezando
como una incierta aventura de frecuentes
suspiros solitarios, y disfrutar hoy, quizá es
más tarde de lo que uno cree y donde todo y nada
espera, y se transforma…

Marcelino Menéndez González

EXPERIENCIAS


A veces convendría dejarse llevar por las emociones,
arriesgando consecuencias previsibles
tratando de valorar su resultado; quizá sería
un medio de conocer, de lo que somos capaces
de sentir, sufrir o disfrutar, en ese recorrido
por el filo de una navaja, de especiales momentos
de nuestra vida.

Evadirnos de actos rutinarios y penetrar
en nuevas experiencias, empleando las mejores
cualidades que poseemos, para poder evolucionar
a tiempo ante imprevistos, pero averiguando también
nuestras posibilidades y determinar nuestra capacidad
de reaccionar ante situaciones límite y con ello
asumir una forma de comportamientos.

Porque no se pueden dibujar las raíces de una planta,
de la que sólo se ven las hojas, ni tampoco poder imaginar
una llama y sus colores hasta que no se enciende, viendo
que sube, que baja, que tiembla y se apaga, según
las variaciones del aire que la circunda.

Ya que muchas veces también, se atribuye
más importancia a lo que ignoras, que a lo que conoces,
aunque hay otras muchas cosas que sólo se pueden ver
y apreciar con la reflexión…

Marcelino Menéndez González

INTENCIONES


Siempre fue, es y será necesario,
establecer una sintonía con lo que
nos depara la vida…

Tratar de armonizar los imprevistos
y las sorpresas, con nuestros cambiantes
estados de ánimo, y buscar ese equilibrio
necesario que estabilice de forma adecuada
nuestras actitudes y sentimientos, ante
lo que nos rodea y permanecer usando
el sentido común, la ponderación y la serenidad,
en los momentos cruciales.

Sin duda el goce de la vida será entonces
más positivo, y ya que pasamos sólo una vez
por aquí y no volveremos a pasar, tratar de hacerlo
lo mejor posible para nuestra propia satisfacción,
y la de los demás, alcanzando –ojala- a poseer,
el valor más sencillo de las cosas.

Desacelerando nuestras prisas y abandonando
el egoísmo y la rutina darnos tiempo de vivir,
y al hacerlo disfrutar, de tanta belleza como hay
libando cada instante de lo que existe y que no somos
capaces de contemplar alrededor nuestro, aún
sabiendo eso sí, que al final siempre sale el sol…

Marcelino Menéndez González

LO IMPREVISTO


No soy capaz de averiguar el porqué;
pero cuando menos lo esperas distraído en
otros menesteres, de repente te surge
algún determinado recuerdo…

Quizá es el resultado de que en ese momento,
ocurre algo parecido que lo asocia, pero
sin embargo otras veces sin más, está ahí
con toda su estela de lo inesperado.

Y lo curioso de todo es, que te hace revivir
las sensaciones de lo sucedido entonces, incluso
con detalles hasta de lo menos importante,
pero eso sí, con plena vivencia del estado emocional
de lo ocurrido.

Es un revivir que muchas de las veces, te deja
un singular estado de ánimo que acusas sin más
y que, de acuerdo a lo recordado, lo asimilas
de manera diferente; es como de tanto verlas,
acabas por no ver las cosas y están ahí, ya que
son como esos flash imprevistos que te asolan
en momentos puntuales, aunque sigues
desconociendo la razón…

Marcelino Menéndez González