24 marzo 2008

ATRAVESANDO OLVIDO


Un instante sin límites abandonándome
la luz, en una extraña existencia.

La luz se interrumpe y desciende la sombra;
y vuelve a su fruto el silencio y más allá
del silencio, te oigo llorar.

Todo está preso de sentido y ya sólo
acaricio la luz, hasta que llega su cansancio
y vuelve la sombra aún imprecisa,
y la vivencia que pesaba de ese instante,
y esa época plagada de infinito y tú…
te olvidaste de mirarme y yo
aprendí la lectura del silencio, el frío
de límites y el sonido del amanecer…

Marcelino Menéndez González

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