El aire se pasea libremente
entre los intersticios de la madera
y en el vacío recinto los recuerdos,
se vuelven más intensos que la realidad,
en la que sólo vive el hondo silencio.
Y las respuestas se esconden
en las emociones y se escuchan
como voces de un eco,
sin saber cómo poderlas contener,
abrigando las palabras condensadas
en el aliento con una vieja bufanda
en el cuello para al final, inciertas,
dejarlas para que puedan desaparecer
en ese mismo vacío.
Aunque algunas se arraiguen al sufrimiento
que lleva la melancolía, bordada
con hilos de plata que insisten
en volver a tejer esos recuerdos,
atravesando los tiempos y las distancias,
al cruzar por ellos la nostalgia
sin poder llenar los espacios abiertos.
Mientras tanto, la casa continúa vacía...
Marcelino Menéndez González
21 septiembre 2006
LOS MISTERIOS
Los misterios no se eslabonan
unos a otros, ya que surgen
de manera inesperada, para que
los podamos descubrir y, al
hacerlo, despierten y enciendan
sensaciones únicas que, sin duda,
alteran nuestra forma de vida.
Lo mismo ante lo recóndito y arcano,
como otras veces ante lo inaccesible
a la razón y a la lógica, por lo difícil
de explicar o comprender en su
cualidad de oculto y enigmático.
Marcelino Menéndez González
unos a otros, ya que surgen
de manera inesperada, para que
los podamos descubrir y, al
hacerlo, despierten y enciendan
sensaciones únicas que, sin duda,
alteran nuestra forma de vida.
Lo mismo ante lo recóndito y arcano,
como otras veces ante lo inaccesible
a la razón y a la lógica, por lo difícil
de explicar o comprender en su
cualidad de oculto y enigmático.
Marcelino Menéndez González
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