25 mayo 2014

CONFUSIONES

 Cae el tiempo sobre mis hombros
 como cae el musgo sobre la roca,
 y me tiembla el pulso y la mirada
 como hojas secas que en la rama,
 la brisa errante las hace trémulas.

 Las ideas y los impulsos
 se enredan en mi mente,
 como los majuelos, los espinos,
 las zarzamoras y los zarzales
 en una inmensa maraña
 de espinas, frutos y flores.

 Pero se destacan, la belleza
 de los escaramujos y el color
 de las mariposas, con el canto
 de mirlos y ruiseñores, que hacen
 que aún sean capaces de permanecer,
 la luz en mi pensamiento
 y la caricia del sol en el atardecer...

Marcelino Menéndez González

CIRCUNSPECCIÓN

 Me digo y me reprocho
 en mi pelea interna
 porque no se rompa
 entre cuerpo y espíritu la armonía,
 y saber hallar la esencia
 de compartirlo todo, buscando
 el solaz de la mente
 poniéndola en blanco
 (con lo difícil que resulta),
 y acompasar el ritmo de las cosas
 sin agobios y sin prisas,
 yendo en busca de la tranquilidad,
 y, con los pies en la tierra, no dejar
 de mirarme en el propio espejo.

 Eso sí, sin cesar de contemplar
 todo lo que nos rodea,
 con la voluntad adornada de inquietud
 y con la aventura interior propia,
 de imágenes y propósitos
 de aceptar siempre el reto de aprender,
 ver, tocar, oler, sentir, meditar y oír,
 como si nos salpicara
 la última gota, de la última ola,
 de un océano universal.

Marcelino Menéndez González

CONTEMPLACION

 Podría ser contemplar como
 anuncio de primavera,
 cómo surgen los retoños del sauce
 con brotes verdes amarillentos
 junto a la rama prolífica y vital;
 o el multicolor y mágico vuelo de las
 mariposas llenando de belleza los pénsiles,
 o descubrir movimientos en el espacio
 con el veloz tránsito de las golondrinas.

 Y, como contrapunto, notar cómo
 algunos hilos rompen sus lazos en la
 urdimbre de la tela, o el acíbar
 derramándose por la herida vieja de
 su leño secular, o el agua estancada
 en los canalones de cinc, o la superposición
 de notas que tratan de guardar la regla
 de la armonía de un acorde musical.

Marcelino Menéndez González

COHESIÓN



 Estaba absorto;
 escuchaba el eco de un ligero susurro
 de voces infantiles a lo lejos como cosas
 que no se pueden ver pero sí sentir,
 imaginar y oír.

 Y sentí de pronto la vibración de una energía interior,
 como el despertar de algo que siempre espera
 y brota de repente, como un destello
 cubierto de fina sensibilidad.

 En un momento, me sentí abrazado de sensaciones
 tan diversas y variadas de sutileza, que me hicieron
 vivir la presencia de algo inexplicable;
 como si fuera una energía creadora, con un flujo
 inquieto, aglutinante y unificador.

 En un instante, consiguió realizar un cambio
 que me permitió sentir una percepción distinta,
 cohesiva y cognitiva diferente a todo y que
 pude compartir, como la luz de una vela con otra
 sin perder su intensidad, en una armonía que llamaría
 espiritual, con mi propio yo…

Marcelino Menéndez González

INTROVERSIÓN


En la penumbra de mi mente
 sólo veo sombras
 y tengo miedo de llegar a lo incierto,
 que me aturde ante la angustia
 que siento, al embargarme la duda
 de lo que no soy capaz de imaginar.

 Quisiera avanzar y no puedo,
 por no saber a qué lugar hacerlo
 y me ocupa la idea del silencio
 al volverse mi corazón de papel,
 en esa soledad en la que no se piensa,
 por no querer llegar a ese infinito
 del que, se supone, ya no se volverá. 

Marcelino Menéndez González

13 mayo 2014

INTROSPECCIONES


Es, según pasa el tiempo,
 que he aprendido a notar,
 estar suspendido en el consciente de mi mente,
 desarrollando percepciones como
 la fuerza de la bondad, lo sutil de la suavidad,
 o lo dulce de la ternura,
 sintiéndome significativamente vivo.

 Y cuando corre la brisa del alba
 abriendo la puerta a un nuevo día
 con el olor fresco de la mañana,
 siento formarse una energía vital, capaz de
 mantener la firme voluntad, en conseguir
 los objetivos deseados.

 Siempre acompañados de la complacencia
 interior, de un especial estado de ánimo positivo.

 En ese espacio, no hay ruido que perturbe
 el silencio, en el que se crean sensaciones
 con luz propia que iluminan, momentos
 significativos de emociones y sueños,
 capaces de adornarse de una singular sensibilidad.

 Todo esto hace que me reconcilie con todo…
 Sin perder el contacto conmigo mismo.

Marcelino Menéndez González