11 febrero 2010

APRENDER


Hay que aprender a ser sin desesperar,
cuestionándose las propias certezas
como los fracasos y tratando de saber,
que cada edad tiene su placer y su dolor
y es inevitable que surjan, para hacernos
cavilar y apreciar su significado.

Aprender a respetar, a valorar, a reflexionar
y a apreciar las pequeñas cosas;
y para descubrir la alegría y la risa,
conocer la tristeza alguna vez; si bien
la falta de luz agranda la oscuridad,
aprender a sufrir sin lamentarse y si es
necesario llorar, para después tratar
de olvidar no guardando rencores.

Como tratar de sentirse bien…por nada,
ya que se puede vivir y permanecer
en el mundo que uno quiera, pero siempre
habrá que volver a la realidad, como la de
las golondrinas revoloteando el paisaje,
o el jilguero irguiéndose con su canto matinal.

Marcelino Menéndez González

CUANDO EL SOL


Cuando el sol se recuesta en el regazo del mar
y adquiere su azul oscuro, es uno
de los momentos en que siento que hay cosas
que se escapan al poder de la voluntad
y sólo rige la naturaleza con sus gestos
de increíble magnificencia.

Parece así mismo, como si la llegada del crepúsculo
con su generoso esplendor de colores
y el matiz de lo bello, ocupara el lugar de los sueños
e intentara privarte de ellos, haciéndote
despertar a su realidad; o cómo cuando el ruiseñor
con su silbo, crea luz en el ramaje sombrío.

Y también sentí, cómo se perciben las inquietudes
y los atardeceres sin responsabilidad ninguna,
y las cosas se proyectan y vuelan a través
de la luz de mi melancolía, acompañadas de cielos,
nubes y vacío en busca de armonía y de innovación.

Marcelino Menéndez González

CUANDO SE CALLE EL VIENTO


Con las causas y las angustias de la mente,
hay que quitar los cerrojos y abrir las puertas
sabiendo que, el camino recorrido absorbe la marcha
aunque se vuelve estela, y sin olvidar
que, por mucho que el viento esparza y desordene,
no mueve montañas, a pesar de su rigor,
su tensión y su intensidad.

Y cuando se calle el viento, pensar de forma pasiva
en lo que se mira y no se ve, sino que espera…

Cuando uno sabe que el futuro se hace más frágil
y más escaso, parece que el tiempo se vuelve
infalible y los sueños, un recuerdo,
y como una línea constante en mi horizonte,
donde tenga que estar, ahí estaré, dando y buscando
una sonrisa final.

Marcelino Menéndez González

EL AZAR


Siempre cuento con lo súbito y la incertidumbre
de escribir; también cuando la música
da forma a mi silencio y, con la utopía de insistir
desprenderme de la sombra de mi cuerpo,
que me sigue en ese continuo viaje de la vida,
como la luna que platea el agua y navega
con su destello.

Mientras, sigo pretendiendo hallar dónde
termina el arco iris de secreta soledad y belleza,
y me pregunto ante sucesos imprevistos
y ocurrencias inesperadas, si es ahí donde el azar
abraza su libertad , y si aquello que encuentro
y no tiene respuesta es Dios…

Marcelino Menéndez González

SI YO


Si yo pudiera restaurar cosas del pasado
y hacer las paces…

Si yo supiera como enlazar la energía
para atraer la armonía, en un tranquilo
equilibrio emocional…

Si yo supiera la adecuada proporción entre
unas cosas y otras, y poder aprovechar
sus mejores posibilidades…

Si yo supiera del cómo se comprende el qué
y el por qué, cuando ya no se ni qué…

Si yo pudiera procesar mi propia conciencia
en busca de la armonía interior…

Si yo pudiera recuperar los espacios del silencio
ante los sonidos del día…

Si yo supiera vivir mi propia realidad
en armonía con las emociones…

Qué difícil es pensar sin suspirar ante lo impreciso,
y donde el comienzo del sueño es el olvido
y donde la memoria es el porvenir del pasado…

Y entonces, cuando salga el sol, despertar
a una nueva vida y…continuar.
Marcelino Menéndez González