05 septiembre 2010

AL ESCRIBIR


Encerrado en el aire de mi habitación,
al escribir, quiero mimar cada palabra
con la sensibilidad de la delicadeza,
y la capacidad de poder expresar la sensación
de desentrañar las cosas:
como la del espíritu que se posa en el tiempo
y el espacio, y contempla la luz..
con el deseo de ver en ella ese horizonte de paz
que tanto anhelamos, haciendo de ello
una bella filosofía de vida.

Y si las palabras pueden crecer hacia esa luz,
perfilar los detalles en los filtros de la mente,
convirtiendo los instintos en una realidad transparente,
y los propósitos en verdades absolutas, mecidos
en el columpio del mejor estado de ánimo
abrigados con el calor de la esperanza.

Aprendiendo de esa manera, a saber libar
toda la energía positiva generada, enriqueciendo
la esencia de esa forma de vida.

Marcelino Menéndez González

ESPACIOS VACÍOS


Quiero, al contemplar esos espacios
que aún permanecen vacíos, poder llenarlos
de contenido capaz de crear e impregnar,
una forma de expresión distinta que abarque
toda la incertidumbre de lo esperado,
sin perder su intensidad emocional.

Quisiera tal vez que fuera, como los verdes arrancados
a la tierra desparramándose ante la vista
más allá de un suspiro, -de forma natural
sin pinceladas de adorno- o como figuras
escondidas entre luces y sombras marcando
su perfil en el horizonte o como un detalle más
de la vida, contemplar como discurren las aguas
libres de un río con sus meandros acariciando
orillas , en busca del confín de su mar…

Y con el vaivén de la vida, como las astillas
del bosque, dejar la puerta abierta
por si alguien regresa…

Marcelino Menéndez González

FUE UN REMANSO


Mientras el sol se derrumba
en el borde del horizonte, aún
con una frágil resolana,
explota tal diversidad de matices
de una policromía tan increíble,
que llena todos los espacios callados
surgidos del silencio, con la agonía
de esa luminosidad.

Esta vez ha sido un ocaso distinto,
quizá por el sitio en el que lo contemplaba,
tal vez por la compañía mental con la que estaba,
o acaso por sentir vibrar una armonía
en la que surgía una empatía tan sincera,
como mi alma añoraba…

Fue un remanso en el que viví un instante
único e irrepetible…

Marcelino Menéndez González

MÍSTICA


Con el despertar de cada día,
quiero seguir teniendo la capacidad
de maravillarme de que así ocurra.

Y sin dejar de sentir el encanto
y el asombro del sentido de lo místico,
agradecer la más bella y profunda emoción
que nos es dada, para poder percibirlo.

Marcelino Menéndez González

PENSAR QUE SUEÑO


Cierro los ojos para pensar que sueño
ensimismado en mi propia reflexión,
tratando de cincelar los propósitos
estrujando los recuerdos en la memoria,
como una historia desguazada
de vías muertas, en estaciones abandonadas.

Todo cobijado de un frío de tristeza desolada
y, a pesar de la desgana y el cansancio
queriendo llenar los espacios de mi horizonte,
surge de improviso la visión de una luz intensa
que me ilumina y me conduce por un camino
de sugestiva ingenuidad, en el que percibo
un contorno cercano en el que tus ojos
hacen todo mi paisaje.

Es cuando el helado invierno se derrumba
y vencido, deja paso a esa deseada primavera en que
la reconciliación abraza todos los rincones,
y tu mirada irradia la paz y el sosiego
que mi alma necesita sintiendo renacer un nuevo día.

Marcelino Menéndez González