03 junio 2009

ALGUNOS DETALLES


Cuando hablo sólo,
sales en mi conversación.
Miguel Mingotes.

Ante el voraz paso del tiempo,
tiembla en el aire la última luz
de la tarde, con los silencios robados,
las insignificancias y los detalles.

Con imágenes de pajarillos llevando
la comida a sus nidos; unas florecillas
saliendo de entre el cemento,
las plantas creciendo hacia lo alto en busca
de la luz, la coincidencia de la sal
en el mar y las lágrimas,
la suavidad de una caricia, y yo, aunque
salgo de mis cabales y vuelvo pronto,
cuando hablo sólo, sales en mi conversación…

Al final de todo, sólo quedan dos fechas
y una lápida, mientras el ruiseñor continúa
con su canto de libertad, donde nadie espera…

Marcelino Menéndez González

DEJAR DE SOÑAR


Quiero evadirme alguna vez
del mundo de los sueños,
y situarme en la realidad
con toda la fuerza y el ímpetu posibles,
en lo importante que resulta vivir
lo más veraz, los años de la vida
que me restan…

Unir las emociones y las razones,
-lo emotivo con lo cognitivo-
y ser tu propio ser y descubrir
lo que surja dentro de ti, y aunque
el cuerpo se llene de arrugas,
conservar el cerebro con la capacidad
de poner tildes donde sea necesario,
sin prescindir de la facultad del conocimiento.

Y eso sí, no perder nunca la humildad.
como lo hace el jazmín a pesar del señorío
y lo mágico de su perfume y disfrutar
en todos los detalles, la sencillez y la verdad.

Marcelino Menéndez González

EL DESAFÍO


A veces me pregunto
¿tienes alguna idea de adonde vas?,
y es que hay una parte de mi que me dice,
no debes o ¿no has entendido que hay que parar?;
y otra que me insiste en avanzar, aunque
lo haga despacio…

Soy consciente que habrá nuevos errores por cometer,
pero también habrá nuevos retos por alcanzar
aunque ya existan metas logradas.

Es que en mi fuero interno escucho, ¡sigue! y
no dejes de caminar y no te detengas,
y aunque muchos esperan que abandones,
no lo hagas, y evidenciando el reto y el misterio
de ese desafío, en el que vive en mí
lo que he aprendido, sin embargo existe
lo mucho que tengo aún por aprender…

Marcelino Menéndez González

EN ESPERA DEL AMOR


Posa desnuda la tarde y llueve
lavando los olivos, y tras la lluvia,
brilla el cerezo.

El cielo en ese atardecer, se llena de
infinitos colores tuteando a las nubes
que permanecen dispersas y vigilantes
y en medio de una agónica resolana,
antes de perderse el día en la raya del horizonte,
llegas a recapacitar, en cuántas veces
los caminos dejan profundas marcas
en nuestros corazones, impregnadas en el alma
y aunque los hayas recorrido sin cesar,
siguen siendo los mismos.

Cuando surja uno nuevo, desconocido,
valdrá la pena caminar en él si tiene un destino,
con la posesión y la idea de pensamientos silenciosos,
que transiten y lleguen con esa ternura, que es
la sensibilidad con los estados del alma,
que vitaliza, acaricia y acompaña, esperando el amor,
y con la emoción aún viva del bello preludio de un beso
soñado, que no llega…

Marcelino Menéndez González

EN MI OSCURIDAD


En mi oscuridad surge un haz de luz azul
iluminando de forma tenue,
un pequeño espacio por el que intento caminar,
en el eterno anhelo de encontrar las respuestas
y donde pido al silencio, que me deje sonidos
que me hablen y me digan, cómo poder
escucharlos en lo más íntimo e intransferible
de mi yo.

Y donde sólo queda una sombra aletargada,
no permanecer más tiempo como esos cuadros,
que siempre quedan sin colgar…

Marcelino Menéndez González

LA PUERTA DE LOS SUEÑOS


Entre las calles vivas de las palabras
una puerta cerrada, esperando ser abierta.

De las transparencias de su cristal percibo,
que de la unión de la intimidad y el asombro,
surge lo trémulo de la meditación
y la tersura de la timidez; y cuando el momento
ya no tiene tiempo de esperar la incertidumbre,
sin interferencia alguna fluye la artesanía pura
de la escritura, como agua y armonía,
belleza y poesía.

Son formas estructuras y texturas, y la libertad
de escribir, como la forja en el contorno del hierro
en los balcones, o las telarañas llenas de geometría
creadora, y esa luz, al principio tan tenue,
se transforma en la hora de la supremacía
de un destello y es cuando sientes, el nacer el verso…

Y aún así te preguntas, ¿es ése mi yo etéreo?.

Marcelino Menéndez González

LO SEMBRADO


Cuando sientes y crees
que lo que has sembrado se ha perdido
y se ha quedado en ese pasado de olvido,
sin pensarlo, de pronto, en el momento
más inesperado resurge con toda la fuerza
que supiste inculcar en tu propósito,
y aparece de nuevo ante ti, intenso, emotivo,
palpitante, y te hace sentir el reencuentro,
con ese sentimiento entrañable generado,
con matices de entrega total y sin condiciones…

Descubres entonces vibraciones nuevas
que te generan cosas antes veladas que aún existen,
como la delicadeza, lo sutil, la tersura, lo tierno
y lo grato, y que han permanecido ocultas
en el paso del tiempo, escondidas en el recuerdo
y cuya callada existencia… no ignorabas.

Marcelino Menéndez González

¿QUÉ ME PASA?


Siento miedo,
y con la tristeza adherida a las sombras
me pregunto
¿qué me pasa?, ¿Qué significa?,
y ¿para qué unas llaves ante una realidad
sin puertas?, si no hay árbol que el tiempo
no haya sacudido…

Y vuelvo a preguntarme
¿pesadilla o realidad?, ¿singular o múltiple?,
y acabo por inclinarme por el detalle
y la insignificancia, pero sabiendo
¡qué importante es! sentir a la persona
como principio primordial.

Pienso que puede ser ,como una luz
que penetra tímidamente en la hendidura
entre dos paredes y en la que sigo siendo
un hombre con piel sensible, intentando
ser preciso, sin ser exhaustivo.

Y aunque la adversidad me sigue de compañera,
a todo lo largo del camino, muerto de frío y de miedo,
sigo buscando el abrigo de la esperanza,
huyendo de la muerte programada de las células,
mientras el viento sereno de marzo, me acompaña…
Marcelino Menéndez González