03 diciembre 2009

ALTERNANCIAS


Es sentir un no se sabe qué,
inexplicable en su esencia;
son sensaciones que no puedo definir
y que me trasladan a estados de ánimo
donde surgen vivencias que no puedo olvidar,
con una raíz entrañable y profunda
como si estuvieran entrelazadas,
la sensibilidad, la melancolía y la tristeza.

Siento que existe algo que me une más
a las cosas tristes que a las alegres,
a la soledad que a la compañía,
a lo intenso que a lo leve y superficial,
y logro ver qué lejos pueden hallarse el goce
del sufrimiento y sin embargo, en un momento,
juntarse desplazando el uno al otro,
haciéndonos vivir situaciones imprevistas.

Todo cambia entonces y en esa alternancia es,
como muchas veces me siento y vivo
y de la armonía que emociona, salto de la conversión
de ventajas a desventajas y se descuelgan
aspectos negativos, y es cuando mido la talla
de mi cerebro y corazón a los espacios positivos,

Marcelino Menéndez González

DE FORMA INESPERADA


Todo cursa en realizar un trayecto de anhelos
y de ilusiones, surgiendo de la penumbra
una emergente luz que se cristaliza
en realidades inesperadas…

Como cuando de forma imprevista,
el sol brotó en el frío e inhóspito trigal
y calentó las mies, o la lluvia nutrió
la seca tierra, cayendo serena, mansa y en silencio,
de forma abundante e inesperada.

Marcelino Menéndez González

QUISE


Quise hallar en los recuerdos,
y cuántas cosas se extraviaron;
quise hallar en la memoria,
y cuántas cosas se disiparon en el tiempo;
quise hallar en la conciencia,
y cuántas veces volví de ningún sitio.

y sólo vi muchas gastadas mentiras
frente al rostro de la verdad, pues nada
conseguí en esas ilusorias impaciencias,
en las que recorrí resquicios, bordes,
márgenes y orillas, siempre sin encontrar
ninguna respuesta.

Y a pesar de querer acercar las sombras
a la luz para evitar el desconcierto, la realidad
es que nunca tuve junto a mi alma,
el color del alba cuando me perdí…

Marcelino Menéndez González

SER YO MISMO


Quiero refugiarme en esos sueños
para huir de la urdimbre y la trama,
con las que mis inquietudes me abrazan
hendiéndome en el éter de lo inconmensurable,
con tonos de un misterio inasible
en ese panorama infinito.

Es un laberinto al que me resisto a entrar,
de ideas tan diversas y sin el matiz
de un equilibrio propio, que origine
y no sea capaz de darme, sensatez y juicio.

Y es que no quiero perder el horizonte
de lo simple y lo normal, sino apreciar las cosas
dentro de una posible y razonada forma
de interpretarlas…

En ningún momento escapar de lo natural,
sólo ser mi propio juez de la conducta que asumo
y sus consecuencias y siempre con la disposición
de reconocer errores o mi incapacidad
-para determinadas cosas-, de un sabio criterio
que aún no poseo.

Todo ello me ha traído como resultado, ser yo mismo.
Marcelino Menéndez González

SUEÑOS


Me invaden sensaciones que siento
que me deslizan, a crear sueños y pensamientos
en los que realizo viajes que surgen
de lo increíble, mientras el tiempo sigue
ocupando el espacio que le corresponde.

Son momentos en que la tarde parece detenerse
en lo grana del ocaso, y me deja contemplarla
en la plenitud de su belleza y con su esplendor,
me acompaña y me hace vibrar de una emoción
especial, que me origina sentirme distinto.

Y en la que disfruto de forma plena y egoísta,
en esa traslación en la que se suscitan las ilusiones
que me sitúan en un mundo diferente.

Incluso llego a creer que todo lo que me rodea
es verdad y que soy poseedor de un privilegio,
en el que nada me falta y todo lo ocupa el goce
de vivir, poseído de una singular serenidad y
de una paz interior; hasta que, de repente, ¡despierto!.

Marcelino Menéndez González

SUPUESTOS


Quiero escribir, de aquella manera,
como hechos anónimos de cada día
escapando de toda pesadumbre,
y sin la eterna duda donde nunca amanece.

Ser como la lenta mansedumbre de la sombra,
o como árbol que se inclina a vientos dominantes
y sólo flotar, ante el silencio de las conjeturas.

Quizá habitar por un momento entre los recuerdos
de la memoria, esa tristeza que siempre
hay detrás del amor, para al final, recogerme
como mar que rescata su reflujo y fundirme
entre las cañas pacíficas del trigo, desenmascarando
mentiras, para rehacer la verdad…

Marcelino Menéndez González

UN MAR DE NIEVE



Sin meditarlo siquiera,
imaginé la inmensa gama de colores,
con sus matices y tonalidades
que existen en el cielo y en la naturaleza,
indescriptibles una gran mayoría;
y pensé que nunca aprecié junto a tu alma
ninguno de ellos…quizá porque eres
poseedora ¡del blanco puro de un mar de nieve!

Marcelino Menéndez González

03 noviembre 2009

SENSACIONES


Cuando unificas la voluntad en un solo sentido
es cuando se puede encontrar lo que se busca;
y yo quiero hurgar donde no se alcanza a ver,
donde se crean formas de oscuridad más intensas
de la propia oscuridad y a ráfagas aparecen
dándome sensaciones de duda y temor.

¿Es mi poesía el resultado de una búsqueda?,
¿es el hallazgo con la circundante luz de los
misterios de lo imprevisto?,
¿he sido capaz de mirar dentro de los poemas
cuando los versos adquieren un color pálido,
a punto de disiparse?, o ¿tocar en sus raíces
profundizando en la sensibilidad, emoción,
y sentimiento, para que se unifiquen y absorber
esa sabia, adquiriendo los valores precisos y necesarios?.
¿Hago mi mente y después hago mis libros como dijo
Valéry?...aunque sigo viviendo la pesarosa sensación
de la palabra no dicha y el poema no escrito.

Marcelino Menéndez González

PROPÓSITOS


Cuántos clamores logran permanecer
sin ser escuchados, cuántos anhelos
sin verse realizados, cuántos deseos
rodeados de ignominia y después de todo,
no dejan de seguir existiendo en cada instante.

Son como los retoños verdes en las ramas,
los sentimientos en los corazones,
el sol acariciando la espiga y las palabras amables,
aliviando las preocupaciones y el dolor.

Sin embargo, hay muchas cosas que nunca
sabré, decir, olvidar y sentir y a pesar de ello
quisiera aprenderlas y sensibilizarme con ellas
porque creo, que cuando más amplitud
tiene un paisaje, más ámbitos de belleza surgen
y existen, para contemplar y disfrutar

Marcelino Menéndez González

NOCHE


Poniéndome a sentir
he convertido el sentimiento en palabras
y las he despertado para que surjan
y abrazarme con ellas y consolarme,
ante el frío de la soledad y las ausencias.

Y mientras escucho como respira la noche,
quiero dormir con ellas en el silencio
para no sentirme tan sólo en la oscuridad…
Marcelino Menéndez González

IMPASSE


Cuando se transita por la soledad de los espacios
asido sólo a una esperanza o un sueño
y no se vislumbra ni un resquicio de luz,
cómo crecen entre las sombras las ansias
de encontrar un horizonte que sea capaz,
de generar un nuevo destello que fuera la meta
que nos capacite, para discernir lo adecuado
en esos momentos cruciales…

Y surja entonces la iluminación de ese camino,
que cree la terapia que nos ayude a encontrar
la armonía extraviada de nuestro equilibrio emocional.

Marcelino Menéndez González

31 octubre 2009

AQUELLAS TARDES DE INFANCIA


No pretendo filosofar, pero cuántas veces
nos asaltan recuerdos que en su día,
ignoramos darles explicación, si bien
porque en ese momento no la tenían,
o simplemente nada se nos ocurría.

Cuando era niño y me ocupaba de hacer
los deberes en el suelo, - no había muebles-, cerca de un taburete
donde mi madre se sentaba a coser, o bordar,
repetidas veces levantaba la cara para verla
y nunca ví en la suya nada que no fuera
un tenue sonrisa; a veces la movía ligeramente
haciendo gestos de asentimiento, otras negando
pero en esos momentos yo no ocupaba
sus pensamientos. Sólo de vez en cuando le oía
decirme, no borres tanto, o coge bien el lápiz,
o para de moverte.

Mientras ella seguía zurciendo o bordando,
seguramente en su mente a la par,
hilvanaba sus pensamientos, que sin duda
la trasladaban en el camino de las preocupaciones
y los recuerdos familiares.

Esas imágenes que se podría decir que no encierran
algo especial, sin embargo en la distancia y el tiempo
toman un matiz distinto, ya que para mi en la actualidad,
encierran un diálogo breve, de pocas palabras y silencios
pero de una armonía de amor fraternal inmenso.

Marcelino Menéndez González

15 octubre 2009

CONJETURAS


Tal vez es un buen momento para sentir y pensar,
que el vacío es un agujero eterno,
sin bordes, pleno de aire y detrás del aire,
el aire, y la nada colindando con la nada.

Sin embargo tenemos que llenarlo de razones,
de formas, de elementos compatibles
en vivencias y percepciones.

Sabiendo que todo retorna a los microespacios
y al cuerpo; así a una dilatación le corresponde
una contracción, a un pesar una alegría,
a un esfuerzo una compensación, creándose
el dualismo y los antónimos que conocemos.

Aunque eso sí, cada respuesta parece generar
nuevas preguntas y mientras el moho sigue
carcomiendo el hierro, que lo percibimos
en el gemido de un gozne oxidado, o el cómo
determinar en el agua las ondas concéntricas,
con la caída de un objeto hacerlo como ¿conjeturas?,
o sólo la rutina de percibir las cosas como naturales,
al ver la cera deslavarse sobre la vela encendida.

A veces quisiera que todo transcurriera sin más; quizá
aceptar que el tiempo se detendrá en su momento justo,
sin embargo la vida y el mundo seguirán y lo harán
sin dejar de regalárnos el arco iris.
Marcelino Menéndez González

DIÁLOGOS


Debo confesar que a veces,
mantengo cortos diálogos con mi conciencia
y que me resultan, muy necesarios.

Es como estar en el linde del ruido,
con la caricia del silencio y que,
te permite la comunicación;
¿medito?, quizá sería la palabra más adecuada
y diría, que necesito esa relajación mental
ya que siempre me despierta reflexión.

También a veces me pregunto, si estoy pleno
de cosas hechas ¿adonde voy a poner las que
aún tengo por hacer?...

Me gustaría entonces ser como el mar
que durante la noche, recoge la luz de las estrellas
y las deposita como delicadas ascuas, y las hace
resurgir de la mano del amanecer en el horizonte.

Marcelino Menéndez González

EL OCASO


Siempre me sorprenden los resultados inesperados
aunque los haya presentido en alguna ocasión.

Si bien el ocaso ocurre en el mismo horizonte
del poniente, no hay ocasiones iguales al cumplir
su rigurosa cita inaplazable, y es así como lo adorna
de múltiples y diversos matices de colores.

Se vuelve como un hilo que recorre y traslada
distancias y sensaciones, con emociones y vivencias
y es capaz de llenarlas de especial sensibilidad,
con la cualidad natural de descolgar ante nuestra mirada,
lo diverso y lo bello.

Es la llave natural que abre los sueños crepusculares.

Marcelino Menéndez González

EL SILENCIO


Mientras los campos húmedos duermen
con el rocío matinal, acariciados aún
por una incipiente luz de luna,
más allá de mi ventana
los árboles parecen flotar
en el aire de la mañana.

Alterando la prisa rutinaria
fue entonces cuando cerré los ojos
y me senté sin hacer nada, sin pensar en nada,
y me quedé quieto y, en esa actitud
sólo escuchaba…

Me acompañó el muy leve zumbido del silencio
más intenso y logré oír en mi fuero interno,
un leve susurro, como si intentase alcanzar
a hablar, a mi alma...

Marcelino Menéndez González

ENERGÍA MENTAL


La capacidad de crear la propia energía
e incluso de transformarla en el interior
de cada uno, podría ser uno de los misterios
de la vida.

El estar solo e inmóvil, no imposibilita
lo que ocurre en ese interior, donde hay
cambios y reacciones que son intangibles
y tampoco se ven; sin embargo es algo
que nunca se acaba hasta que llega el cese del latir.

Y sabiendo cultivar esa energía interna
y su equilibrio con el exterior, dirigida
desde el organismo en plenitud,
-con sus diversos fines- conseguiríamos
aglutinar toda la fuerza implícita que lleva consigo.

Aunque a veces, algunas veces, llego a sentir
que no soy yo quien controla ese instinto
de lo que hago o dejo de hacer, sino que surgen
como simples reacciones mecánicas y espontáneas.

Todo por lo tanto podría quedar incluido,
en esa falta de conocimiento de lo que somos

Marcelino Menéndez González

LAS COSAS BUENAS


Cada uno crea su propio estado de ánimo,
de acuerdo al estado emocional en el
que vive.


Mientras los pájaros desnudan el nuevo día,
mientras en ti algo esperas quizá
sin creer alcanzarlo, de improviso llega
ese algo que encuentras en una caricia,
en un gesto, en una mirada, hasta en una palabra
copándolo todo, con pequeñas gotas de bondad…

Se despierta entonces una sensación
de lo más agradable, que se desliza dentro de ti,
y te invade de un sentimiento, lo más dulce
y distinto a lo que hayas sentido antes.

Y percibes, que tu estado de ánimo se proyecta
con una luz distinta, plena de optimismo,
expresando así lo mejor que vive contigo.

Marcelino Menéndez González

SEGUIR LA SENDA


Cuando aún la energía despierta a la percepción
y surge lo sensible, quiero entrar
silencioso en la esperanza y hacerme
con la reflexión.

Con ese estímulo, pensar y sentir, y unir
pensamiento y sentimiento
y fluir, y deslizarme sin crear orillas
y sin hacer ruido, como arroyuelo que baja
de la montaña, sólo con el afán de llegar
al tramo final, sin proyectarme…
tranquilo, si acaso, con el temblor de una hoja
aún adherida a su rama.

Marcelino Menéndez González

UN ALGO


Me he detenido en el tiempo
y vivo una extraña sensación,
como la de estar poseído
de una rara actitud y forma de ser,
que no se corresponde con la mía.

Es como si fuera una música diferente,
que no conozco ni he escuchado nunca
y, sin embargo, me induce a seguir escuchándola
en espera de un algo…

Y es cuando mi corazón da un salto
durante el cual, transcurren los pasos de momentos
interminables; y mientras veo desde mi ventana
cómo salpican las gotas de lluvia en el asfalto,
las preguntas no llegan a surgir ni tampoco las respuestas,
sólo sigue existiendo…la misteriosa espera
de ése algo interno…

Marcelino Menéndez González

04 septiembre 2009

ALGO SUBLIMINAL


Como la percepción de un estímulo
y sin que tuviera conciencia de ello
-como algo subliminal-, he logrado romper
con el lazo que me unía a muchas cosas;
y siento con ello una liberación mental,
que me produce una sensación de descanso intenso.

En el mismo sentido, he tenido que aprender
a crear una armonía entre disparidades y conceptos,
para establecer así, una mejor relación
con lo que me rodea.

Es, a mi manera, hacer una innovación tal,
como si de repente intentara realizar lo imposible
dentro de lo posible, como una luminosidad
que me ha llegado, aclarándome las ideas
y los sentimientos…

Marcelino Menéndez González

BODAS DE ORO


Si bien era una tarde de invierno
como tantas otras, lo ocurrido entonces
la hizo distinta…

Tuve entonces el presentimiento
de que algo diferente sucedería, que lo envolviera
de magia y misterio, y así fue…

Era como si en el aire flotara un sentimiento
profundo y errante, buscando cobijo y calor
desprovisto de alas y prejuicios, con el deseo
inmenso de hallar un remanso donde descansar
y así ocurrió; fue una comunión con el mío
que, pletórico de miedos y desconfianza, se complementaron
en el vértice de la inquietud y la ansiedad,
en una convergencia tan anhelada, que se deslizaron
al unísono a ese encuentro, en momentos especiales
de entrega total y sin reservas.

Todo resultó especial, único y tan increíble,
que el propio transcurrir de los años nunca empañó y fue
abonando esa relación de tantas cosas bellas,
que aún existen y perduran con una inmensa
fuerza interior.

Siendo a través de haberse iniciado esa vivencia
-en aquella tarde de invierno hace más de diez lustros,-
en donde, si la pasión duerme, el cariño y la razón
permanecen despiertos con cada nuevo día y tardes
plenas de arrebol.

Marcelino Menéndez González

DE REPENTE


De repente surge ese algo que me reconcilia
con todo; es una sensación inesperada,
una emoción, un sentimiento profundo que nace
y que me lleva a ese encuentro que me dice,
que vale la pena vivir…

Y es que se suma a momentos, a diálogos
inolvidables que el transcurrir del tiempo,
no ha sido capaz de destruir y perviven así
por siempre, como algo inconcluso y grato.

Es como si el corazón se apretara hasta el final
de los sentimientos, de forma apacible y serena
y de él, se hiciera cargo el deseo despertando la razón,
para armonizar toda la energía y la esencia,
que laten conmigo en forma positiva y que hacen
desaparecer, ese muro de incomprensión que muchos
construimos, y que nos impide ver la luz del horizonte,
con sus imágenes, sus sensaciones y colores.

Es vivir sin falsos vaivenes, sin oscilaciones,
sin incertidumbres, sin brusquedades, sin imprevistos
que alteren o deformen la realidad y permanecer
en la adecuada altura y distancia de conseguir lograrlo
manteniendo despiertos los sentidos y en equilibrio.

Marcelino Menéndez González

MEDITAR Y CREAR


Estoy viviendo la grata sensación
de un estado anímico tranquilo;
no tengo prisa, no siento ansiedad alguna,
y la soledad en este momento es una
pareja estable y en libertad.

Llego a pensar que la idea y el intento
deberían de adelantarse al impulso
de la acción, es decir, meditar y analizar
nuestros actos, antes de ponerlos en práctica
sin más, y sin el conocimiento de los mismos.

Como estoy convencido cada vez más,
que el que crea no destruye, y es así como
yo sigo creando versos y poemas, sin atentar
contra nada ni nadie, incluido el respeto que se dice
debería de tener por mi obra literaria; y repito
que es un deleite y un disfrute escribir
y hacerlo, expresando con palabras emociones
y sentimientos arrancados de la vivencia propia,
escuchando en el silencio en el que viven
y es cuando, si la emoción dormita, se despierta
la razón de ser, estar y crear, entre espacio y tiempo…

Marcelino Menéndez González

TRANSFORMA CION


Con la capacidad de ir guardando en la mente
y la consciencia, hechos ocurridos que
provocaron sensaciones especiales y que,
de una manera singular se van asimilando
en el tiempo, como un recogimiento interior.

Y casi siempre, provocado por adversidades,
llegamos a hacer balance de nosotros mismos,
que nos hacen recapacitar sobre muchas cosas.

Son, como un alto en el camino de ese transitar
que hacemos, sin darle relativa o ninguna importancia,
-sabiendo que la tiene- y es cuando solemos
sintonizar con nuestro interior y nos ponemos a meditar,
debiendo hacerlo con una actitud pacífica, tranquila
y en calma, tratando de generar armonía…

Y encuentras respuestas como la de que el gozo,
no fluye de lo que hacemos sino, en lo que hacemos
desde el fondo de nosotros y es, cuando la conciencia
arrebata el poder al ego y te llenas de energía creativa
y positiva, impulsora de tu vida y si encaminas
esa fuerza, hallarás entonces que dejarás de ser sólo materia.

El resultado es, lo que tú eres, aquí y ahora; es la energía
que no muere porque es infinita, ilimitada.
y eterna, aunque resida temporalmente en tu cuerpo
y simplemente cambia de forma; y cuando se sepa
disfrutar esa energía-haciéndola un deleite-, no necesitarás
permiso para transitar, ya que lo que está dentro de ti, eres tú.

Marcelino Menéndez González

UN SENTIMIENTO ETERNO


A veces, con profunda emoción
no puedo evitar recordar el ayer,
y me invaden la tristeza y la soledad…

Y en ese pensar y sentir, y en ese sentir
y añorar, se me van momentos
de entrañable evocación, que perviven
en mi alma para siempre, por irrepetibles,
intensos e inolvidables.

¿Dónde fue tanto amor?, ¿Dónde se perdió?,
y es que, cuando a mi manera quiero evitarlo,
a pesar de ello la pregunta subyace
¿dónde fue tanto amor?, es que, ¿lo sabes tú?
porque… nunca dejó de existir y aún ¡vive!...
puro, claro, fresco, eterno, pero quizá
sólo, iluminando nuestro silencio.

Marcelino Menéndez González

09 agosto 2009

LA VIDA MISMA


Cuando surgen noches apoyadas
de misterio y de incertidumbre,
noches de frío y de palabras, de confidencias
fugaces que surgen de la orilla de los recuerdos,
y que se hallaban escondidas y refugiadas
en desvanes de oscuridad, encerrando el futuro
en la memoria, con las luces apagadas
de silencios. donde si bien hay algo que queda,
también existe algo que falta.

Hay que buscar entonces la memoria
que quiere ser presente, donde el aire
se mezcle con la luz, creando imágenes reales
poblando cualquier horizonte y como la vida misma,
no interrumpir las aguas del cauce de un río, sino
dejarlo seguir y sentir el correr de sus aguas sabiendo
disfrutarlas y amarlas, siendo sólo ellas mismas
las que encuentren su final.

Marcelino Menéndez González

ENERGIA INTERIOR


Es como una incuestionable lucha interior
por querer alcanzar, las sensaciones más sublimes
de la esencia propia y situarlas en el pináculo
de su logro, con la desesperación más acuciante
de sentir el no conseguirlo y en esa lucha, bordear
todas las situaciones que lo impiden, hasta hallar
abrir la puerta que parecía escondida, y culminar
esos desesperados intentos por la intensa emoción
de haber logrado conseguir, penetrar en lo inalcanzable.

Es vivir sintiendo ser un yo distinto, provisto de
estímulos diferentes inmersos en hasta ahora,
desconocidas vibraciones de energía que surgen
de ese algo ignorado, y que están ahí, pudiendo ser disfrutadas
y absorbidas con toda la fuerza de la que uno sea capaz
de hacerlo, y que poseen la cualidad de estar
desprovistas de inconformidad y eso sí, plenas
de indescriptible e insondable belleza.

Marcelino Menéndez González

DESEO


Las olas rivalizan
con sus movimientos y su espuma
y sin embargo, se entretejen…

Cuando se encuentra la voz de la memoria
con temas recurrentes, también puede surgir
de ellos la antesala de una visión distinta
de futuro, aprendiendo a vivir momentos
cargándolos de sentido midiendo los tiempos,
para que en ellos quepan tanto actitudes diversas,
como los estados de ánimo que las acompañen
ya que una forma de predecir el futuro,
es el cómo crearlo.

Y aunque no se puede pintar el canto de los grillos
o un croar en una charca, si encontrar ese remanso
que te procure el placer de disfrutar las sombras
ante una intensa luz, -como si fueran el cobijo
de paraguas verdes de las copas, debajo de un
frondoso árbol- sintiendo que se detiene el tiempo,
en lo más profundo del alma.

Marcelino Menéndez González

CUÁNTAS VECES


Cuántas veces quiero penetrar
en la morada de lo increíble, incursionando
en todos sus rincones, captando las
sensaciones de lo infinito e indescifrable;
y según intento descubrirlas, más se alejan
de poder conseguirlo y es que surgen nuevos
atisbos que provocan lo imprevisto y me desvían
del propósito de lograrlo, para tener que volver
siempre al incierto comenzar…

Marcelino Menéndez González


13 julio 2009

LAS DESPEDIDAS



Es una tarde parda y fría,
con huellas de pisadas sonámbulas
y una pálida piedad…

Hay una memoria de las cosas,
que trae el dolor de todas las despedidas
consigo, como una monotonía de
lluvia en los cristales.

Es una incertidumbre agolpándose
en los propósitos, tratando de vulnerar
los principios y la dignidad que aún,
permanece estática y firme.

Han sido vivencias que trasladaron sentimientos
en distintos vaivenes, y diferentes emociones,
cuyos desenlaces determinaron imprevistos finales;
sólo transcurrieron sin invadir normas por caminos
no deseados, y es cuando dejaron esas huellas
que perduran como pisadas inquietas de ansiedad,
y que nunca culminaron en lo deseado.

Y mientras la tarde agonizaba y ya sólo quedaba
un polvo muy fino bailando en la luz, la noche
asomó su llegada y lo cubrió todo de una gélida sombra
y un sempiterno adiós…


Marcelino Menéndez González

LO INESPERADO



Cuando todo empieza a decaer,
de repente surge lo inesperado y hace
que una fuerza nueva vibre
con una intensidad plena y total,
capaz de recuperar el tiempo y lo perdido.

Siento entonces un hablar muy quedo
que me concita al recogimiento
huyendo de las soledades, y despierto
a todos los sentidos para que estén vigilantes
a lo que me rodea, y no vuelva a aparecer
el desencanto y no se sostenga por sí sola
la esperanza firme de vivir, sino unida
por la fuerza del cariño.

Y si para entonces te hubieras ido,
cimentaré mi estado de ánimo de una nueva
entereza, para no lamentar envuelto en las sombras,
el vacío de mi propio desaparecer, pero manteniendo
una línea de vida constante en mi horizonte.


Marcelino Menéndez González

NO ES



No es lo que miras,
no es lo que oyes,
no es lo que tocas, es…
¡Lo que sientes!.

No es lo que dices,
no es lo que intuyes,
no es lo que piensas, es…
¡Lo que callas!.

No es lo que esperas,
no es lo que das por hecho,
no es lo que sueñas, es…
¡Lo que vives!.

Y si de esos silencios a cuestas,
de esas vivencias intensas
y de esos sentimientos profundos, los unes
y aún crees, podrá surgir la respuesta que es…
¡La razón por la que escribo!.

Marcelino Menéndez González

NOCHE ESTEPARIA


El remanso y la magnificencia
representados en una noche serena
y oscura de eriales extensos;
viviendo sensaciones distintas a todo
al sentir esos grandes espacios de oscuridad
casi total, y la majestuosidad infinita
de un cielo indescifrable de estrellas.

Una vivencia única en que, al no existir
los contornos, puede significar todo
lo inimaginable; distancias enormes, miedo,
estupor, con la invasión de soledades y silencios,
con temperaturas extremas y diferentes.

Son vivencias insondables en las que te percatas
del sentido de la pequeñez, ante tanta magnitud
y donde todo parece permanecer estático.

Sin duda puede llegar a ser uno de los escenarios
naturales más imponentes, desoladores
y espectaculares, en los que uno pueda hacer
acto de presencia, tratando de describirlo
con la realidad más increíble vivida, en ese espacio
donde deja de existir el horizonte.


Marcelino Menéndez González

SÓLO NACER


Quiero recapacitar en lo que pienso,
para estar seguro de lo que escribo;
y es que me pierdo fácilmente en las esquinas
en ese laberinto de mi mente.

Si recurro al corazón para sentirlo,
parece que en el espacio de mi tórax se reduce,
y hace variable mi diástole y mi sístole,
al abrazarlo de emoción y sentimiento.

Pero si voy a lo intangible de mi alma,
se amplia el límite del horizonte y me pierdo
en una lejanía de distancia,
que no vivo ni siento, lo intenso de ese momento.

Tiene que ser entonces, en ese instante,
en ese segundo, que no lo toque siquiera
ni mi mente, ni mi corazón, ni mi alma y que surja
tal cual es, sin condición alguna, sin elegir,
¡ sólo nacer!.., después, para todo lo demás
habrá tiempo.


Marcelino Menéndez González

UN MURMULLO MELÓDICO



Estás en ese limbo entre despierto y dormido;
entonces sientes una melodía inesperada que llega,
y va llenando con su sonido los espacios del silencio,
hasta que te invade de una emoción inusitada y sentida,
y se desliza con una delicada compañía de añoranza.

Y esa vivencia y ese momento se vuelven únicos
y te penetran por todos los poros de la piel y vibran,
y se agitan en ti de una forma indescriptible, volviéndose
sensaciones impensables que lo inundan todo
y lo invaden del matiz perceptible de lo intenso,
y, a la vez, de lo indispensable de lo bello.

Después, sólo poco después, la meditación dormida
abraza el vacío y surge de nuevo el silencio…


Marcelino Menéndez González

SOMOS LO QUE NO SOMOS



Diría que somos nuestro fiel reflejo
en el espejo por las mañanas; sin embargo,
olvidamos lo importante de nuestra
identidad que es distinta a todos y en ese
espacio vital, estamos para hacer
lo que nos toca, porque otro no lo hace.

Tratamos de vivir con lo que tenemos y ojala
no sufrir por lo que carecemos, pero ocurre
que cuando rebasamos esos límites, sin darnos cuenta,
nos acercamos a perder el equilibrio de la ecuanimidad,
y es cuando surgen las comparaciones con los demás
y pensamos, si yo tuviera, si yo fuera, si yo ganara,
para acabar siendo, lo que no somos.

Vamos minando así alcanzar, lo que llamaríamos
felicidad, desviándola de un acto subjetivo y voluntario;
y cuántas veces en ese encuentro sin encuentro, desear
no perder las expectativas de saber a donde llegar,
y en ese final del arco iris en el caso de conseguirlo,
hacerlo con el esbozo de una sonrisa…


Marcelino Menéndez González

COHESIÓN





Estaba absorto;
escuchaba el eco de un ligero susurro
de voces infantiles a lo lejos, como cosas
que no se pueden ver pero si sentir,
imaginar y oír.

Y sentí de pronto la vibración de una energía interior,
como el despertar de algo que siempre espera
y brota de repente, como un destello
cubierto de fina sensibilidad.

En un momento, me sentí abrazado de sensaciones
tan diversas y variadas de sutileza, que me hicieron
vivir la presencia de algo inexplicable;
como si fuera una energía creadora, con un flujo
inquieto, aglutinante y unificador.

En un instante, consiguió realizar un cambio
que me permitió sentir una percepción distinta,
cohesiva y cognitiva diferente a todo y que
pude compartir, como la luz de una vela con otra
sin perder su intensidad, en una armonía que llamaría
angelical, con mi propio yo…


Marcelino Menéndez González

03 junio 2009

ALGUNOS DETALLES


Cuando hablo sólo,
sales en mi conversación.
Miguel Mingotes.

Ante el voraz paso del tiempo,
tiembla en el aire la última luz
de la tarde, con los silencios robados,
las insignificancias y los detalles.

Con imágenes de pajarillos llevando
la comida a sus nidos; unas florecillas
saliendo de entre el cemento,
las plantas creciendo hacia lo alto en busca
de la luz, la coincidencia de la sal
en el mar y las lágrimas,
la suavidad de una caricia, y yo, aunque
salgo de mis cabales y vuelvo pronto,
cuando hablo sólo, sales en mi conversación…

Al final de todo, sólo quedan dos fechas
y una lápida, mientras el ruiseñor continúa
con su canto de libertad, donde nadie espera…

Marcelino Menéndez González

DEJAR DE SOÑAR


Quiero evadirme alguna vez
del mundo de los sueños,
y situarme en la realidad
con toda la fuerza y el ímpetu posibles,
en lo importante que resulta vivir
lo más veraz, los años de la vida
que me restan…

Unir las emociones y las razones,
-lo emotivo con lo cognitivo-
y ser tu propio ser y descubrir
lo que surja dentro de ti, y aunque
el cuerpo se llene de arrugas,
conservar el cerebro con la capacidad
de poner tildes donde sea necesario,
sin prescindir de la facultad del conocimiento.

Y eso sí, no perder nunca la humildad.
como lo hace el jazmín a pesar del señorío
y lo mágico de su perfume y disfrutar
en todos los detalles, la sencillez y la verdad.

Marcelino Menéndez González

EL DESAFÍO


A veces me pregunto
¿tienes alguna idea de adonde vas?,
y es que hay una parte de mi que me dice,
no debes o ¿no has entendido que hay que parar?;
y otra que me insiste en avanzar, aunque
lo haga despacio…

Soy consciente que habrá nuevos errores por cometer,
pero también habrá nuevos retos por alcanzar
aunque ya existan metas logradas.

Es que en mi fuero interno escucho, ¡sigue! y
no dejes de caminar y no te detengas,
y aunque muchos esperan que abandones,
no lo hagas, y evidenciando el reto y el misterio
de ese desafío, en el que vive en mí
lo que he aprendido, sin embargo existe
lo mucho que tengo aún por aprender…

Marcelino Menéndez González

EN ESPERA DEL AMOR


Posa desnuda la tarde y llueve
lavando los olivos, y tras la lluvia,
brilla el cerezo.

El cielo en ese atardecer, se llena de
infinitos colores tuteando a las nubes
que permanecen dispersas y vigilantes
y en medio de una agónica resolana,
antes de perderse el día en la raya del horizonte,
llegas a recapacitar, en cuántas veces
los caminos dejan profundas marcas
en nuestros corazones, impregnadas en el alma
y aunque los hayas recorrido sin cesar,
siguen siendo los mismos.

Cuando surja uno nuevo, desconocido,
valdrá la pena caminar en él si tiene un destino,
con la posesión y la idea de pensamientos silenciosos,
que transiten y lleguen con esa ternura, que es
la sensibilidad con los estados del alma,
que vitaliza, acaricia y acompaña, esperando el amor,
y con la emoción aún viva del bello preludio de un beso
soñado, que no llega…

Marcelino Menéndez González

EN MI OSCURIDAD


En mi oscuridad surge un haz de luz azul
iluminando de forma tenue,
un pequeño espacio por el que intento caminar,
en el eterno anhelo de encontrar las respuestas
y donde pido al silencio, que me deje sonidos
que me hablen y me digan, cómo poder
escucharlos en lo más íntimo e intransferible
de mi yo.

Y donde sólo queda una sombra aletargada,
no permanecer más tiempo como esos cuadros,
que siempre quedan sin colgar…

Marcelino Menéndez González

LA PUERTA DE LOS SUEÑOS


Entre las calles vivas de las palabras
una puerta cerrada, esperando ser abierta.

De las transparencias de su cristal percibo,
que de la unión de la intimidad y el asombro,
surge lo trémulo de la meditación
y la tersura de la timidez; y cuando el momento
ya no tiene tiempo de esperar la incertidumbre,
sin interferencia alguna fluye la artesanía pura
de la escritura, como agua y armonía,
belleza y poesía.

Son formas estructuras y texturas, y la libertad
de escribir, como la forja en el contorno del hierro
en los balcones, o las telarañas llenas de geometría
creadora, y esa luz, al principio tan tenue,
se transforma en la hora de la supremacía
de un destello y es cuando sientes, el nacer el verso…

Y aún así te preguntas, ¿es ése mi yo etéreo?.

Marcelino Menéndez González

LO SEMBRADO


Cuando sientes y crees
que lo que has sembrado se ha perdido
y se ha quedado en ese pasado de olvido,
sin pensarlo, de pronto, en el momento
más inesperado resurge con toda la fuerza
que supiste inculcar en tu propósito,
y aparece de nuevo ante ti, intenso, emotivo,
palpitante, y te hace sentir el reencuentro,
con ese sentimiento entrañable generado,
con matices de entrega total y sin condiciones…

Descubres entonces vibraciones nuevas
que te generan cosas antes veladas que aún existen,
como la delicadeza, lo sutil, la tersura, lo tierno
y lo grato, y que han permanecido ocultas
en el paso del tiempo, escondidas en el recuerdo
y cuya callada existencia… no ignorabas.

Marcelino Menéndez González

¿QUÉ ME PASA?


Siento miedo,
y con la tristeza adherida a las sombras
me pregunto
¿qué me pasa?, ¿Qué significa?,
y ¿para qué unas llaves ante una realidad
sin puertas?, si no hay árbol que el tiempo
no haya sacudido…

Y vuelvo a preguntarme
¿pesadilla o realidad?, ¿singular o múltiple?,
y acabo por inclinarme por el detalle
y la insignificancia, pero sabiendo
¡qué importante es! sentir a la persona
como principio primordial.

Pienso que puede ser ,como una luz
que penetra tímidamente en la hendidura
entre dos paredes y en la que sigo siendo
un hombre con piel sensible, intentando
ser preciso, sin ser exhaustivo.

Y aunque la adversidad me sigue de compañera,
a todo lo largo del camino, muerto de frío y de miedo,
sigo buscando el abrigo de la esperanza,
huyendo de la muerte programada de las células,
mientras el viento sereno de marzo, me acompaña…
Marcelino Menéndez González

05 mayo 2009

EL VIAJE


Si la vida es un emocionante riesgo
no calculado, a veces hay que dejar
que suceda lo inesperado, como un
instante mágico que nos haga cambiar.

Y no digas que es un sueño, si con
el pensamiento iniciamos un viaje
en el tiempo, a paisajes multicolores
donde brilla el arco iris y, al escuchar
tras la luz su refracción, entrar en ella sin miedo,
penetrando en nuestro paisaje interior
en ese viaje tal vez el más largo, tal vez
el más profundo y bello, pero sin duda,
el más importante.

Y cuando debas llegar, llegarás,
y eso, que no se puede tocar por invisible,
y si con la necesidad de sentirlo, sepas
que está y vive dentro de ti, sin duda te hará vibrar
cada instante, con toda la fuerza natural de la vida.


Marcelino Menéndez González

INFINITAS DISTANCIAS


Cuando en intempestiva fuga
se mueren los momentos
en los surcos de la memoria
y ya no tienen retorno,
que distancias de mar tan inmensas
aparecen sin nadie, y que desiertos
inhóspitos y fríos...

Sólo se llegan a ver rodeadas de verde
hierba de la naturaleza, alambradas
oxidadas por el tiempo y las piedras
gastadas por el agua de los ríos..

Es como un terminar sin comenzar
en donde aprecias, que nunca fue
tan infinita una distancia, entre causa
y efecto, entre duda y perplejidad.

Aunque la lejanía sea una fascinación
sin forma de comunicar lo inefable,
a pesar de existir el lenguaje poético.

Marcelino Menéndez González

AUTOCOGNICION



Cómo anhelo el encuentro interior
tan cerca y sin embargo tan lejos,
para hallar esa comunión conmigo mismo.

Sin duda debe de ser una sensación única
delicada, tenue y plena de paz, difícil
de explicar con palabras, y como si imaginara
realizar un silencioso vuelo de ave, que
se posa en un remanso embellecido por
lo más excelso del sentimiento y la emoción.

Será sin duda un disfrute único e incomparable,
adornado de sencillez, con una satisfacción total
por haber podido alcanzar, una multitud
de anhelos, deseos y propósitos, repletos
de ansiedad, por sentirme por una vez
yo mismo....y en paz.

Marcelino Menéndez González

DESCUBRE



Descubre el cofre de lo mágico y ¡ábrelo!,
y en la hierba, en la penumbra de
la arboleda en el país del cielo, busca
el perdido sentido de la contemplación
y halla la armonía del cuerpo,
la voluntad y el espíritu y siente, siente
tus propios pensamientos y tus propias
palabras, y deshazte de la presión
de tu propio ego y, cuando ya no te importe
cómo cae la lluvia, lo que puedas hacer
sin esperas y sin horas, ¡hazlo!
y te encontrarás en el jardín de la concordia.

Marcelino Menéndez González