03 diciembre 2009

ALTERNANCIAS


Es sentir un no se sabe qué,
inexplicable en su esencia;
son sensaciones que no puedo definir
y que me trasladan a estados de ánimo
donde surgen vivencias que no puedo olvidar,
con una raíz entrañable y profunda
como si estuvieran entrelazadas,
la sensibilidad, la melancolía y la tristeza.

Siento que existe algo que me une más
a las cosas tristes que a las alegres,
a la soledad que a la compañía,
a lo intenso que a lo leve y superficial,
y logro ver qué lejos pueden hallarse el goce
del sufrimiento y sin embargo, en un momento,
juntarse desplazando el uno al otro,
haciéndonos vivir situaciones imprevistas.

Todo cambia entonces y en esa alternancia es,
como muchas veces me siento y vivo
y de la armonía que emociona, salto de la conversión
de ventajas a desventajas y se descuelgan
aspectos negativos, y es cuando mido la talla
de mi cerebro y corazón a los espacios positivos,

Marcelino Menéndez González

DE FORMA INESPERADA


Todo cursa en realizar un trayecto de anhelos
y de ilusiones, surgiendo de la penumbra
una emergente luz que se cristaliza
en realidades inesperadas…

Como cuando de forma imprevista,
el sol brotó en el frío e inhóspito trigal
y calentó las mies, o la lluvia nutrió
la seca tierra, cayendo serena, mansa y en silencio,
de forma abundante e inesperada.

Marcelino Menéndez González

QUISE


Quise hallar en los recuerdos,
y cuántas cosas se extraviaron;
quise hallar en la memoria,
y cuántas cosas se disiparon en el tiempo;
quise hallar en la conciencia,
y cuántas veces volví de ningún sitio.

y sólo vi muchas gastadas mentiras
frente al rostro de la verdad, pues nada
conseguí en esas ilusorias impaciencias,
en las que recorrí resquicios, bordes,
márgenes y orillas, siempre sin encontrar
ninguna respuesta.

Y a pesar de querer acercar las sombras
a la luz para evitar el desconcierto, la realidad
es que nunca tuve junto a mi alma,
el color del alba cuando me perdí…

Marcelino Menéndez González

SER YO MISMO


Quiero refugiarme en esos sueños
para huir de la urdimbre y la trama,
con las que mis inquietudes me abrazan
hendiéndome en el éter de lo inconmensurable,
con tonos de un misterio inasible
en ese panorama infinito.

Es un laberinto al que me resisto a entrar,
de ideas tan diversas y sin el matiz
de un equilibrio propio, que origine
y no sea capaz de darme, sensatez y juicio.

Y es que no quiero perder el horizonte
de lo simple y lo normal, sino apreciar las cosas
dentro de una posible y razonada forma
de interpretarlas…

En ningún momento escapar de lo natural,
sólo ser mi propio juez de la conducta que asumo
y sus consecuencias y siempre con la disposición
de reconocer errores o mi incapacidad
-para determinadas cosas-, de un sabio criterio
que aún no poseo.

Todo ello me ha traído como resultado, ser yo mismo.
Marcelino Menéndez González

SUEÑOS


Me invaden sensaciones que siento
que me deslizan, a crear sueños y pensamientos
en los que realizo viajes que surgen
de lo increíble, mientras el tiempo sigue
ocupando el espacio que le corresponde.

Son momentos en que la tarde parece detenerse
en lo grana del ocaso, y me deja contemplarla
en la plenitud de su belleza y con su esplendor,
me acompaña y me hace vibrar de una emoción
especial, que me origina sentirme distinto.

Y en la que disfruto de forma plena y egoísta,
en esa traslación en la que se suscitan las ilusiones
que me sitúan en un mundo diferente.

Incluso llego a creer que todo lo que me rodea
es verdad y que soy poseedor de un privilegio,
en el que nada me falta y todo lo ocupa el goce
de vivir, poseído de una singular serenidad y
de una paz interior; hasta que, de repente, ¡despierto!.

Marcelino Menéndez González

SUPUESTOS


Quiero escribir, de aquella manera,
como hechos anónimos de cada día
escapando de toda pesadumbre,
y sin la eterna duda donde nunca amanece.

Ser como la lenta mansedumbre de la sombra,
o como árbol que se inclina a vientos dominantes
y sólo flotar, ante el silencio de las conjeturas.

Quizá habitar por un momento entre los recuerdos
de la memoria, esa tristeza que siempre
hay detrás del amor, para al final, recogerme
como mar que rescata su reflujo y fundirme
entre las cañas pacíficas del trigo, desenmascarando
mentiras, para rehacer la verdad…

Marcelino Menéndez González

UN MAR DE NIEVE



Sin meditarlo siquiera,
imaginé la inmensa gama de colores,
con sus matices y tonalidades
que existen en el cielo y en la naturaleza,
indescriptibles una gran mayoría;
y pensé que nunca aprecié junto a tu alma
ninguno de ellos…quizá porque eres
poseedora ¡del blanco puro de un mar de nieve!

Marcelino Menéndez González