11 abril 2010

AMOR INOLVIDABLE



Se desprenden los sueños desde mi añoranza,
y fluyen como aguas de un manantial impregnado
de sentimientos; se entrelazan en una urdimbre
increíble de sensaciones, acariciando de sutil goce
la orilla más profunda de mi propio ego.

Y me hacen estar, ser y sentir, dentro de un bienestar
infinito, que me proporciona el disfrute más intenso
y sereno, de un estado grato de armonía.

Todo se impregna entonces de cosas positivas, energía,
esencia y de una diáfana luz, que ilumina cualquier
vestigio de penumbras y en donde además persiste,
una fuerza intensa de vida, que me abraza hasta
el último suspiro de mi aliento.

Y sin robarle inspiración a la tristeza, guardo
en el equipaje de los recuerdos estos sueños,
como si fueran una renovada realidad, que inunda
de pequeñas grandes cosas mi estado emocional.

Sé que por siempre será así, porque pervivirá como
algo mágico y distinto a todo, mientras en mí haya
conciencia de que sigo vivo y, sin poder dejar de amarte,
seguirás siendo algo más que un afán y
una eterna ansiedad…

Marcelino Menéndez González

DISTANCIA


Sé que no estoy en tu mente
salvo en contados momentos y, sin embargo,
me conformo sólo de conocer
que no puede ser de otra forma…

Iluso y absorto, quizá soy capaz
de imaginar que puedo crear
una bella armonía de estados de ánimo,
que me hacen permanecer evocándote,
viviendo y soñando con tu recuerdo,
y preciso que sólo aquellos que son capaces
de percibir vibraciones similares, son los que
pueden llegar a apreciar el valor más sencillo
de los sentimientos y las emociones,
y que encierren el sentido del bienestar,
a pesar de la distancia.

Me siento entonces tranquilo y plácido
en un soñar despierto, que me procura
la sensación de que si bien la vida puede ser
una bella realidad, el lograr alcanzarla
requerirá de la voluntad y la fuerza que
permanezca inalterable, fortalecida en el tiempo
por lo que nos une y no por lo que nos separa…

Marcelino Menéndez González

ENVOLTORIO VACÍO


En los murmullos cuando sueño
entre esa tenue oscuridad, surge
un mortecino haz de luz que en un
continuo fluir, me descubre
un inabarcable infinito de conclusiones
temerarias, en el que recapacito sobre
promesas no cumplidas, desabridas actitudes,
y con ello, desconsoladas percepciones
en el alma.

No quiero entonces almacenar esos residuos
de la indiferencia, ni resentimientos oscuros
llenando con ellos la sensación de vacío
en mi interior, porque no se llena; sólo a través
de pinceladas de amor, soñando un proyecto de vida
e insistir hasta que ese proyecto se realice,
y que todo pueda resultar un aventura maravillosa,
y no, un envoltorio vacío con un montón de nada…
Marcelino Menéndez González

EQUILIBRIO VITAL


Qué necesario es encontrar
un equilibrio vital y, al descubrir
los límites de lo posible no ir más
allá de ellos, y es que no existen
vientos favorables para el marinero
que no sabe donde ir, ya que la vida
es una dura travesía y a veces
necesitamos una tregua y así abundar
en lo que piensas y no convertirte
en lo que miras, para tratar de establecer
una estabilidad emocional de serena actitud.

Y al lograrlo, saber sacar el mejor provecho
posible de cada momento que transcurre,
ya que en la eternidad todo está empezando
como una incierta aventura de frecuentes
suspiros solitarios, y disfrutar hoy, quizá es
más tarde de lo que uno cree y donde todo y nada
espera, y se transforma…

Marcelino Menéndez González

EXPERIENCIAS


A veces convendría dejarse llevar por las emociones,
arriesgando consecuencias previsibles
tratando de valorar su resultado; quizá sería
un medio de conocer, de lo que somos capaces
de sentir, sufrir o disfrutar, en ese recorrido
por el filo de una navaja, de especiales momentos
de nuestra vida.

Evadirnos de actos rutinarios y penetrar
en nuevas experiencias, empleando las mejores
cualidades que poseemos, para poder evolucionar
a tiempo ante imprevistos, pero averiguando también
nuestras posibilidades y determinar nuestra capacidad
de reaccionar ante situaciones límite y con ello
asumir una forma de comportamientos.

Porque no se pueden dibujar las raíces de una planta,
de la que sólo se ven las hojas, ni tampoco poder imaginar
una llama y sus colores hasta que no se enciende, viendo
que sube, que baja, que tiembla y se apaga, según
las variaciones del aire que la circunda.

Ya que muchas veces también, se atribuye
más importancia a lo que ignoras, que a lo que conoces,
aunque hay otras muchas cosas que sólo se pueden ver
y apreciar con la reflexión…

Marcelino Menéndez González

INTENCIONES


Siempre fue, es y será necesario,
establecer una sintonía con lo que
nos depara la vida…

Tratar de armonizar los imprevistos
y las sorpresas, con nuestros cambiantes
estados de ánimo, y buscar ese equilibrio
necesario que estabilice de forma adecuada
nuestras actitudes y sentimientos, ante
lo que nos rodea y permanecer usando
el sentido común, la ponderación y la serenidad,
en los momentos cruciales.

Sin duda el goce de la vida será entonces
más positivo, y ya que pasamos sólo una vez
por aquí y no volveremos a pasar, tratar de hacerlo
lo mejor posible para nuestra propia satisfacción,
y la de los demás, alcanzando –ojala- a poseer,
el valor más sencillo de las cosas.

Desacelerando nuestras prisas y abandonando
el egoísmo y la rutina darnos tiempo de vivir,
y al hacerlo disfrutar, de tanta belleza como hay
libando cada instante de lo que existe y que no somos
capaces de contemplar alrededor nuestro, aún
sabiendo eso sí, que al final siempre sale el sol…

Marcelino Menéndez González

LO IMPREVISTO


No soy capaz de averiguar el porqué;
pero cuando menos lo esperas distraído en
otros menesteres, de repente te surge
algún determinado recuerdo…

Quizá es el resultado de que en ese momento,
ocurre algo parecido que lo asocia, pero
sin embargo otras veces sin más, está ahí
con toda su estela de lo inesperado.

Y lo curioso de todo es, que te hace revivir
las sensaciones de lo sucedido entonces, incluso
con detalles hasta de lo menos importante,
pero eso sí, con plena vivencia del estado emocional
de lo ocurrido.

Es un revivir que muchas de las veces, te deja
un singular estado de ánimo que acusas sin más
y que, de acuerdo a lo recordado, lo asimilas
de manera diferente; es como de tanto verlas,
acabas por no ver las cosas y están ahí, ya que
son como esos flash imprevistos que te asolan
en momentos puntuales, aunque sigues
desconociendo la razón…

Marcelino Menéndez González

MI PROPIA AUTO ESTIMA


Me oigo mis silencios,
y quiero configurarme
en medio de la conciencia
como lo hago en mis sueños
para, permaneciendo en mí
en medio de este universo,
vivir con mis sentíres en ese espacio
donde no haya que huir a la deriva
sino centrarme en una serena armonía
compartida de emoción, sin agotar el latir
de mi propia auto estima, ya que
necesito tiempo para ser…

Marcelino Menéndez González

PARAISO INTERIOR


Hace poco tiempo, me encontraba sentado
en el borde de un muro, ensimismado viendo
toda la magnitud de un bello atardecer.

En un momento determinado, sentí la capacidad
de entender las “es” de entusiasmo, energía
y empatía, y pensé en la máxima filosófica
de “así como piensas, eres”…

Recapacité en que, nuestros pensamientos
han hecho lo que somos, pero que, sin embargo,
tenemos la capacidad de convertirlos en lo
que deseamos y, para conseguirlo, necesitamos
dirigir nuestra propia energía para crearlos,
con una voluntad consciente de ello, ya que
todo comienza y termina en nosotros.

Y con la facultad de “sentirse dentro”, entender
los pensamientos y emociones ajenas, compartiendo
los sentimientos, poniéndose en lugar de los demás,
con la sensación más diáfana de la empatía.

Todo acompañado del entusiasmo, como una fuerza
proyectada y libre que corre como el agua del río,
sintiendo que uno mismo es su propio cauce y con ello,
la afirmación también de si mismo, con la capacidad
de resolver las cosas transformándolas siempre,
en algo positivo.

Así, como una nueva y renovada energía, vivir
la percepción de que lo mejor está aún por venir;
podría decir que hoy he visto junto al crepúsculo
un paraíso interior, como un Dios activo dentro de mí.

Marcelino Menéndez González