12 diciembre 2010

CUANDO EL SILENCIO


Cuando el silencio está a la espera del ruido
y se despierta el alma dormida del paisaje,
-desprendiendo una música humilde-,
las hojas de las ramas con sus oscilaciones,
se recrean con ligeras cadencias meciéndose
al compás de una suave brisa.

Si bien las tinieblas necesitan de los ojos
y de la memoria de la luz, ésta, en una elegante
huida, se va cubriendo de penumbras hacia las sombras,
en busca de la noche quizá, tras un vago
secreto de ternura o ansiadas respuestas ocultas,
en esa profunda oscuridad.

Y haciendo inseparables mi pensamiento y conciencia,
-mientras subyace lo intangible- permanezco ocupando
los sentidos en el centro de su esencia y su capacidad de ser,
entre tanto siga flotando, el líquido de la transparencia
y la armonía del equilibrio emocional.

Marcelino Menéndez González

DESEO ETÉREO


Fue un andar hacia el azul ocaso,
y entre tanto, el alma iniciaba el tránsito
a las sombras, con la sensación
de que todo se acaba, revoloteando
la melancolía…

Mientras, la postrera luz rielaba en las aguas
palidecí entes del misterio y la soledad.

Y como una huida a espacios infinitos,
intenté buscar mi yo perdido ante esa ansiedad,
y sólo encontré el eterno silencio
de mi inmenso vacío…

Marcelino Menéndez González

ETERNAS DUDAS



A veces me es difícil sobrellevar
alguno de los días de alargadas sombras,
viendo como la luz se va encubriendo
a través de leves penumbras, en una elegante
huida hacia el encuentro con ellas.

Es entonces cuando no surgen las respuestas
que quiero hallar y no encuentro; y me pregunto…
¿qué tengo que hacer para encontrarlas?,
¿inquirir a quien y donde?, ¿hurgar en mis raíces?,
¿quizá en mis sentimientos? ¿habría que hacer
tambalear principios o razones? o ¿aceptarlo
simplemente como algo invisible que subyace?,
¿intangible tal vez?...

Y llego a pensar, que cuando se busca algo que no
existe, nunca se encontrará.

Marcelino Menéndez González

INSPIRACIÓN CREADORA


Imaginar disipar la oscuridad
con la luz y en esa luz, ver la inspiración
y cómo de ella surge de forma espontánea
y natural, lo que escribo desde
lo inquieto de mi espíritu

Se acompaña de mi soledad, mi respirar
y de los rasgos de mi letra y noto
que cada palabra, quiere trasmitir un algo
mezclado de emoción y sentimiento,
con la ansiedad de que sea receptivo
en la misma línea de sensaciones creadas…

¿Quién puede decir lo que siente si no lo expresa?,
no quiero oír el pulso de la tierra,
ni averiguar la velocidad del aire,
ni escuchar la banda sonora de la nostalgia,
sólo quiero dejarme sentirlo, expresarlo
y con ello ser y estar, recorriendo
ese camino de interior a exterior,
en busca de la luz creadora.

Marcelino Menéndez González

PRINCIPIO DEL VACÍO


Cuando se estremece nuestro interior
y se llena de vacíos,
qué importante es acudir a llenarlos
cuanto antes, dejando dentro de ti
renovados propósitos y creando nuevos espacios
de pensamientos y sueños, para ser matizados
de forma objetiva, y utilizarlos de manera positiva,
dentro de ese paisaje elegiaco de la existencia.

Incluso si es necesario humillar nuestra soberbia
y al hacerlo, rectificar, buscando una nueva compañía
y renovando nuestra fe en las cosas perdidas,
ya que no deja de existir la responsabilidad moral
de terminar el camino, que nos falta por andar…

Dejar entonces dentro de ti lo nuevo
tolerando que circule, enviando a tu cerebro
mensajes de que siguen existiendo momentos
agradables y maravillosos que valen la pena
de disfrutar y vivir.

Marcelino Menéndez González

SOÑÉ UN SUEÑO


Quiero dejar libres los cinco sentidos
compartiendo momentos de conciencia
y abrir la puerta que está dentro de mí.
buscando su equilibrio y armonía…

Ya estando dentro, reparar en los pequeños
detalles y los contrastes para percibir
los efectos en el alma de los sentimientos
y su emotividad afectiva, y si están acordes
a la realidad, rechazar los mensajes ocultos
y recuperar la paz que ha sido destruida.

Y es que cada sonido tiene su idioma,
y la niebla su propio llanto, en ese tránsito
de la textura de la vida en la que vamos
tan de prisa, sin siquiera ver los bordes del camino,
incluso, sintiendo que algo estaba y ya no está,
como la luz sobre el olvido.

Y entonces, ¿seguirán los espíritus en el cielo?...
quién sabe, …yo no lo sé, pero quiero
dejar la puerta abierta, por si alguien necesita regresar…

Marcelino Menéndez González