He querido descubrirte
y por ello siempre te he buscado;
a través de mucho tiempo he ansiado hacerlo
pues sentía, que estabas cerca de mí,
y notaba tu presencia intangible,
en mis propias vivencias, en mi ser,
en mi estar y hasta en mi pensar…
¿Cómo acabar de encontrarte?,
así he vivido hasta que un día sin saber cómo,
cavilando profundamente, me llegó la respuesta y
fue…
¡pregúntaselo a tu yo! y, aquí estabas, sí
muy dentro, en mi propia energía interior.
Y debo decir que con ello hallé, la esencia
y la razón a muchas cosas, la respuesta
a múltiples preguntas, el aclarar infinitas dudas,
y el porqué sigo aquí, esperando cada día
el mañana que no ha llegado, de manera distinta,
tranquila, serena y en ansiada paz.
Marcelino Menéndez González