Siento estremecerme
sólo de pensar,
en la fuerza
de vida que no se exhibe
y que sigue
estando ahí…
Buscando
y queriendo hallar
el susurro
del anhelo, en una mañana
de gris
temprano; y dejando volar mi fantasía,
cuando lo
que veo exalta la vista o cuando
una cosa
sensible, me hace más sensible.
Observando
cómo se crea la metamorfosis
de una emoción,
que puede alcanzar su máximo
grado de
intensidad, en el espacio de un instante,
formando
acordes como si fuera música,
que llenara
de belleza y armonía
los azules
de una inmensidad y la sonoridad
más agradable,
jamás oída.
Marcelino Menéndez González