21 septiembre 2008

¿QUIÉN ERES?

Ni yo huyo del tiempo
ni él me persigue, sólo sé
que atardecía y... no puse impedimento
alguno y me dejé habitar...

¿Quién eres?
¿eres el que me despierta?,
¿el que me habla en silencio?,
¿el que me acompaña?
¿el que a veces me riñe?,
¿eres el que vive en mí y me dice
que las cosas hablan entre ellas?,
¿acaso el que siento cuando más lo necesito?,

¿Quién eres?...
¿fuerza, esencia, luz, mónada,
quién eres?.

Y si permaneces inefable, intangible, infinito,
¿qué eres?
¿la percepción, la reflexión, la conciencia?...

Marcelino Menéndez González

UN MOMENTO

Como resbaladizo ingrediente de ansiedad,
busco el momento; el momento
y qué es lo que lo rodea, en un espesor
de sensaciones...

Como si fuera un silencio rasgado en
la oscuridad o como ruidos sin luz, formando
el azar que urde sombras, ante
el tejido del tiempo; como algo que
se estuviera deviniendo a pesar de
mis convicciones de magnitudes absolutas,
como la de que el cielo siempre está
en su lugar y no puedes perderlo.

Pero el momento continúa intangible,
vacío, infinito entre espacio y lejanía
esperando ser realizado...y llenarse de vida.

Marcelino Menéndez González

MÓNADA

Me gustaría viajar en lo astral
en medio de su ingravidez infinita,
sin distancias ni límites en ese espacio
incoloro y eterno, convertido en
el punto de luz de una mónada.

Como energía simple de percepción,
con la reflexión y la conciencia diáfanas,
de un acto generador de materia
acaecida en el tiempo...

Sería entonces ¿un alma?...

Marcelino Menéndez González

ENERGÍA EMOCIONAL


Estoy habitando una serie de sensaciones
en mi interior, que me trasladan
a emociones de diversa intensidad.

Quiero definirlas pero son amorfas,
sin bordes, sin estructura ni figura, aunque
poseen su lugar plenas de esencia y fuerza,
y me hacen vivir de distinta manera,
como materia de percepción de un proceder
activo, y como acto generador de decisiones
cargadas de sentido.

Se vinculan entre mente y realidad en forma
recíproca y vibran, y surgen rodeadas
de constancia y se desplazan en ese espacio interno,
capaces de significar su razón de existir
y su consecuencia, a través de reacciones positivas
que me llevan de forma paulatina, al conocimiento
de mi propio centro de energía emocional...

Marcelino Menéndez González