25 marzo 2013

CREO




Aparece como algo nuevo en mí;
como la palabra en una forma de energía vital,
como en el vértice de un juramento
o como la flor dormida entre sus hojas
esperando la luz del amanecer…

Es, como los aromas del campo de hierbas
silvestres y multitud de colores, que te hacen
meditar sobre nuestras percepciones,
moldeando sentíres y emociones, siendo conscientes
de la interpretación de la realidad.

Es, vibrar con la sensación de un vacío que se llena
de repente y te hace reflexionar sobre
lo que has vivido y te muestra la posibilidad
de disfrutarlo de nuevo y sonreir porque haya existido.

No sé si es el aire, no sé si es la luz,
pero si sé que es algo nuevo en mí, en que se subleva
todo mi ser, en forma positiva, creo…

Marcelino Menéndez González

CADA DÍA.

Cuando el sol se cuelga en mi ventana
con esa voz del silencio en la luz de cada día,
me percato de que, con ese hoy,
tengo menos tiempo del que he vivido,
y sin embargo mi alma tiene prisa para continuar
con la intensidad de mi senectud y madurez,
por merecer seguir aquí…

Y en esa percepción, quizá más allá de la razón,
no se aprecia el mundo que es, sino el que somos,
y en el que solemos confundir nuestros puntos de vista,
con la verdad sin definirla y en la cual, debemos
de ser capaces de moldear nuestro sentir,
para no seguir originando vacíos que resulten,
cada vez más difíciles de llenar.

Es cuando la soledad y los recuerdos se agigantan,
creando nostalgias y melancolías que merman
de manera diversa, nuestros débiles propósitos
privándonos de la enjundía y la voluntad
que debe existir en seguir avante,
hilvanando nuevas ilusiones y anhelos plenos
y firmes de esperanza

Marcelino Menéndez González