Reviví
la sensación de infancia en mí,
al
recordar que insistente pedía,
que me
colgaran la luna en el cielo
para
que permaneciera siempre ahí.
Con el
transcurrir del tiempo esa luna,
se me
descolgó muchas veces
encima
de ilusiones, anhelos y sueños;
aunque
otras tantas pude volver a colgarla,
donde
siempre deseé contemplarla.
Y a
pesar de todo, seguiré afirmando
que la
infancia, continuará existiendo
sempiterna
en el pensamiento y el corazón,
mientras
sea capaz de seguir abrazando,
la
misma sensación de ver mi luna
colgando,
iluminando también con su luz
mi
propio interior.Marcelino Menéndez González