en la
que me dejo llevar…
Y de
repente siento que desde lo lejos,
surge
una especial melodía que lo interrumpe
y ese
grato sonido se acerca y me acerca,
a
sentir emociones distintas y nuevas,
que me
proyectan a espacios increíbles
donde
se magnifica el logro de lo soñado.
Son
emociones intensas que fluyen,
con una
fuerza de dulzura y de remanso capaces,
de
alcanzar la espiritualidad humana más indescriptible;
y en
ella me deslizo, así, sin más, sin final,
suavemente…y
entonces vivo y siento
cómo va
naciendo ese “algo” dentro de mí.
Marcelino Menéndez González