Quiero relajarme y hallar
ese remanso mental deseado,
e imaginar algo que fuera tan bello
antes, que la propia belleza.
Como el tierno despliegue de las olas
sobre la arena, acariciadas por su espuma;
ver los reflejos de luz entre la urdimbre
de hojas tempranas y cómo se adornan
con las primeras candelas del día
el brillo del optimismo en los ojos
de las personas.
Cómo renace la vida cada mañana
sin detenerse y todo gira, bulle y se mueve,
agitándose en una singular rutina de normalidad
que nos impide apreciar, las circunstancias
diferentes que también se crean y amalgaman,
en esa unión eterna de principio y final.
Saber disfrutar de la gran diversidad
de colores con sus tonos, luces y sueños,
y respirar los aromas y la vida misma que existe
en todo lo que nos rodea y llegar a sentir
esa paz y tranquilidad interior que sea capaz,
de darnos la armonía deseada en nuestro estado de ánimo…
Marcelino Menéndez González