Cuando me pierdo por la vieja memoria,
recuerdo haber sufrido largos caminos
amontonando olvido; y donde el frío
se hacía más osco, escuchaba el silencio
de las palabras no dichas…
y me sentía más lejos preguntando
quien llenaba voz y oído, quien mis vacíos,
hasta llegar a inventar lo que no existía.
Soñaba paladear la dulzura de un sentimiento
y la sensibilidad de una caricia y como
los troncos de los árboles, sufriendo la amargura
de la soledad y sin saber qué hacer.
Siguió el ritmo de la vida y no sabiendo
donde estabas…¡llegaste tú!
y fue cuando se estremeció mi interior
de emociones intensas y cobraron alma
todas las cosas.
Marcelino Menéndez González
recuerdo haber sufrido largos caminos
amontonando olvido; y donde el frío
se hacía más osco, escuchaba el silencio
de las palabras no dichas…
y me sentía más lejos preguntando
quien llenaba voz y oído, quien mis vacíos,
hasta llegar a inventar lo que no existía.
Soñaba paladear la dulzura de un sentimiento
y la sensibilidad de una caricia y como
los troncos de los árboles, sufriendo la amargura
de la soledad y sin saber qué hacer.
Siguió el ritmo de la vida y no sabiendo
donde estabas…¡llegaste tú!
y fue cuando se estremeció mi interior
de emociones intensas y cobraron alma
todas las cosas.
Marcelino Menéndez González
Gracias. Que gusto que ya está de vuelta amigo mio.
ResponderEliminarUn texo poetico bien estructurado que fusiona el pasado y el presente de su reescritura, la perpectiva del tiempo y ese sentir genuino.
El amor engendra en la memoria las palabras que recuperan lo vivido.
MªJosé