Mientras
los sentimientos danzan
dulcemente
al compás de la armonía
de un
deleite musical en plenitud,
surge
el resplandor donde lo sublime
va de
la mano de lo mágico, en la magnífica
creación
de lo bello.
Son
momentos únicos llenando los espacios
de
sueños y fantasía, capaces de pervivir
por
siempre, uniendo la afinidad
entre
la sensibilidad y el espíritu de las cosas,
con la
melodía universal del amor…
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