30 junio 2013

DOLOR INTERNO

Cuando me vienen a buscar los recuerdos
y me invaden con pensamientos el alma,
cuantas veces me dejan un dolor y una pena,
que se queda por un tiempo, con el perfil
de la vulnerabilidad.

Entonces, a pesar de esas distancias insondables
o de ese infinito intangible del que provienen,
la mente los alimenta ante la fragilidad del sentir,
y es cuando hago el esfuerzo supremo
de evadirme de ellos, acurrucándome y abrazando
mi voluntad y el olvido, hasta lograrlo.

Sin embargo, con los recuerdos que se han ido,
me percato de que el dolor se quedó….
y subyace, a veces dormido y a veces despierto,
dolor de esos recuerdos que ya no están conmigo,
pero con el que vivo, sin poder arrancármelo
de las entrañas de mi corazón…


Marcelino Menéndez González

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