En mi ventana, el color blanco;
y lo mismo en el alero y la reja.
Abrazándolos, una enredadera
flanqueada por geranios fúsia,
rojo y naranja que la custodian,
y a través de diferentes espacios,
el azul del cielo y...mis sueños,
que armonizan sin descanso
lo que escribo y lo que soy.
Ésta es la atalaya de mi mundo,
con la compañía de suaves melodías
de bandas musicales, que me
trasladan a los espacios con las vibraciones
en las que me siento volar.
Y cuando acuden las sensaciones
que me acompañan,
no sentirme asceta y solitario
por todo lo que así percibo, porque,
si bien escribo para mí, intuyo que hay
un profundo "algo" que me otorga
una vivencia única, de inmensa
complacencia interior que me dice
que estoy vivo y que tengo la capacidad
de expresarme, soltando un lastre
de ansiedad que me oprime y del que
logro desprenderme plenamente,
y entonces nada me ata y ya no me
detengo, porque soy y me siento...libre.
Marcelino Menéndez González
Así me siento yo, nada me ata ni me detiene ya, me siento libre inmensamente libre y feliz. Es un placer leerle que gran escritor es usted, muy bueno de verdad, y profundo.
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