Cuantas
veces me pregunto
sobre todo
lo que permanece y existe;
que si el
alba se enciende cada día y parece
despertar
con su luz a la vida;
que si las
flores silvestres irisan de colores
campos y
praderas pintándolas de forma natural:
que si una
veleta por frágil que sea
siempre se enfrenta
a la fuerza del viento,
sin importar
su procedencia e intensidad;
que si la
conciencia está en nuestro eterno presente
¿porqué
existen los remordimientos?.
¿Es así
entonces, cuando el viento empieza a gemir,
la luna se
encuentra sola,
no hay ni un
sonido en la calle
las farolas
se apagan,
las hojas
del otoño se acumulan a mis pies,
las
luciérnagas alumbran mis noches
y la
reflexión se anida en mi interior?
Al final
todo concluye en tiempo, existencia y vida.
Marcelino Menéndez González
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