Con un inmortal silencio
y el reposo de la luz,
el eterno tiempo con el velo
de las sombras, fue cerrando el postigo
donde ya nadie me espera,
ni a nadie espero.
Fue un momento indiferente
y, sin embargo, en el humo se quedaron
las palabras; humos blancos
que se alejaron, en la callada altura
de nuestra despedida…
Donde yo quedé, perdido en tu silencio
y tú, flotando en mi infinito;
y la esperanza en el vértice del tiempo…
Marcelino Menéndez González
y el reposo de la luz,
el eterno tiempo con el velo
de las sombras, fue cerrando el postigo
donde ya nadie me espera,
ni a nadie espero.
Fue un momento indiferente
y, sin embargo, en el humo se quedaron
las palabras; humos blancos
que se alejaron, en la callada altura
de nuestra despedida…
Donde yo quedé, perdido en tu silencio
y tú, flotando en mi infinito;
y la esperanza en el vértice del tiempo…
Marcelino Menéndez González
Por algo este trabajo mereció un premio de la Universidad Carlos III de Madrid. Mi felicitación mas
ResponderEliminarsincera y real. Que sigas es cribiendo así. J.M.M.