13 julio 2008

SIN LÍMITES


A veces vivo la sensación
de que algo se mueve en mi derredor;
quizá fue un pensamiento mudo
cruzando la barrera de lo inefable,
o quizá lo que no ha sido
o lo que nunca fue...
o lo inefable de la dulzura de tu serenidad...

Y al caer la noche, con el último brillo
de una gota de agua donde crece la sombra,
no sé porqué, todo se volvió triste,
¡hasta la tristeza!...

Marcelino Menéndez González

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