A veces vivo la sensación
de que algo se mueve en mi derredor;
quizá fue un pensamiento mudo
cruzando la barrera de lo inefable,
o quizá lo que no ha sido
o lo que nunca fue...
o lo inefable de la dulzura de tu serenidad...
Y al caer la noche, con el último brillo
de una gota de agua donde crece la sombra,
no sé porqué, todo se volvió triste,
¡hasta la tristeza!...
Marcelino Menéndez González
cool blog
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