Con las causas y las angustias de la mente,
hay que quitar los cerrojos y abrir las puertas
sabiendo que, el camino recorrido absorbe la marcha
aunque se vuelve estela, y sin olvidar
que, por mucho que el viento esparza y desordene,
no mueve montañas, a pesar de su rigor,
su tensión y su intensidad.
Y cuando se calle el viento, pensar de forma pasiva
en lo que se mira y no se ve, sino que espera…
Cuando uno sabe que el futuro se hace más frágil
y más escaso, parece que el tiempo se vuelve
infalible y los sueños, un recuerdo,
y como una línea constante en mi horizonte,
donde tenga que estar, ahí estaré, dando y buscando
una sonrisa final.
hay que quitar los cerrojos y abrir las puertas
sabiendo que, el camino recorrido absorbe la marcha
aunque se vuelve estela, y sin olvidar
que, por mucho que el viento esparza y desordene,
no mueve montañas, a pesar de su rigor,
su tensión y su intensidad.
Y cuando se calle el viento, pensar de forma pasiva
en lo que se mira y no se ve, sino que espera…
Cuando uno sabe que el futuro se hace más frágil
y más escaso, parece que el tiempo se vuelve
infalible y los sueños, un recuerdo,
y como una línea constante en mi horizonte,
donde tenga que estar, ahí estaré, dando y buscando
una sonrisa final.
Marcelino Menéndez González
Bellos poemas felicidades
ResponderEliminarHola Marcelino, POETA.
ResponderEliminarEl futuro es fragil, "desde el mismo contecto"( ya es incierto)
La aceptacion del presente, la belleza del pensamiento, la creacción de sus versos, el sosiego le eleva por encima, con la hermosura de sus expresiones, bien dotadas de anhelos que nos transmite luz bajo un sol veterano,
MªJosé