Mientras el sol se derrumba
en el borde del horizonte, aún
con una frágil resolana,
explota tal diversidad de matices
de una policromía tan increíble,
que llena todos los espacios callados
surgidos del silencio, con la agonía
de esa luminosidad.
Esta vez ha sido un ocaso distinto,
quizá por el sitio en el que lo contemplaba,
tal vez por la compañía mental con la que estaba,
o acaso por sentir vibrar una armonía
en la que surgía una empatía tan sincera,
como mi alma añoraba…
Fue un remanso en el que viví un instante
único e irrepetible…
Marcelino Menéndez González
en el borde del horizonte, aún
con una frágil resolana,
explota tal diversidad de matices
de una policromía tan increíble,
que llena todos los espacios callados
surgidos del silencio, con la agonía
de esa luminosidad.
Esta vez ha sido un ocaso distinto,
quizá por el sitio en el que lo contemplaba,
tal vez por la compañía mental con la que estaba,
o acaso por sentir vibrar una armonía
en la que surgía una empatía tan sincera,
como mi alma añoraba…
Fue un remanso en el que viví un instante
único e irrepetible…
Marcelino Menéndez González
Como siempre logras tintes poeticos llenos de buenas vibras POETA MARCELINO
ResponderEliminarUn abrazo y mis mejores deseos de bienestar amigo,
MªJosé