12 diciembre 2010

DESEO ETÉREO


Fue un andar hacia el azul ocaso,
y entre tanto, el alma iniciaba el tránsito
a las sombras, con la sensación
de que todo se acaba, revoloteando
la melancolía…

Mientras, la postrera luz rielaba en las aguas
palidecí entes del misterio y la soledad.

Y como una huida a espacios infinitos,
intenté buscar mi yo perdido ante esa ansiedad,
y sólo encontré el eterno silencio
de mi inmenso vacío…

Marcelino Menéndez González

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