Me siento consciente y extraño;
permanezco quieto, sin movimiento,
mi mente despierta pero vacía de
pensamientos;
respiro por la nariz y escucho ese
zumbido
tan especial del silencio;
mis párpados cerrados me impiden ver y
siento,
como transcurre el tiempo…
No cambio de posición y me mantengo
mudo;
en ningún momento dudo que soy yo y
me dejo llevar sin oponer resistencia
alguna,
sólo espero… sigo esperando y nada
ocurre
hasta que poco a poco me invade
un relajamiento total que me conduce a
un estado
de absoluta inconsciencia y del que ya
no me entero
hasta que, despierto…
Marcelino Menéndez González
En mi caso, esa espera del sueño no está vacía de pensamientos. Precisamente es cuando más activa tengo la mente, aunque no llegue a ninguna conclusión, ni resolución.
ResponderEliminarMe gustó tu escrito.
Saludos.