16 diciembre 2011

SIEMPRE QUIERO UN MAÑANA

Fue un instante en el que, buscando
la pregunta que deseaba, llegó la respuesta
que no esperaba.
Allí donde nadie sueña con llegar a ser
porque cada uno ya es, ante la penumbra
de algún poder no visto con el traje de la duda
sin poder diferenciar lo que uno quiere
a lo que uno puede.

Y ante esas sombras de la razón, hallar
ese espacio de luz donde surgen las situaciones
diversas, para saber cuál es el límite
que une y separa lo conocido de lo desconocido,
en el ámbito o la naturaleza de las cosas
pensadas u observadas y todo aquello
que las haga vivir.

¿Existe entonces la casualidad?...Lo que si sé
es que siempre quiero un mañana.

Marcelino Menéndez González

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