que quiso
hacerme sensible
a la emoción
más inesperada;
viví la
sensación de que me acercaba,
a algo
intangible que estaba ahí,
esperándome,
y entonces percibí
la comunión
con algo tan deseado
tras un largo
tiempo.
Y surgió,
pausada y serenamente,
como la
noche que se deja amanecer,
y brilló, y lo
hizo con tal intensidad de luz,
que me
alumbro el alma,
llenándola
de un sentimiento tan profundo,
que me hizo
aparecer el amor verdadero
y
entonces…creí.
Fue, en ese
instante, que sentí la felicidad
más pura e
inmensa que he vivido.Marcelino Menéndez González
No hay comentarios:
Publicar un comentario