03 octubre 2014

LOS AÑOS VIVIDOS


Sin darme cuenta siguiera,
 empecé a sacudirme el polvo
 y me encontré con los años vividos.
 ¡cuántos! y que tan pocos…

 Imaginé el pasado y hallé tantos recuerdos,
 que me superaron; acudieron en tropel
 y de tal manera, que no fui capaz,
 de definirlos, cobrando importancia sólo algunos.

 Uno de ellos fue, cuando supe que era yo;
 recuerdo que sentí una emoción especial,
 que podía hacer cosas que pensaba nadie hiciera,
 que era parte de algo inmenso y se despertaban
 en mí, inquietudes de todo tipo. Me sentía libre,
 sin miedo, ante un mundo que me esperaba
 y al cual iba a pertenecer.

 Qué osadía y que utopía de entonces.
 hoy, después del tránsito recorrido en el tiempo,
 me doy cuenta cabal, que por mucho que se aprenda,
 poco se sabe de lo que hay que aprender, que el tiempo
 transcurre siempre igual, cada segundo, cada minuto,
 al mismo ritmo y la vida de igual compás, pero,
 cuántas veces queremos acelerarla, cambiarla y que pase
 más de prisa, sin lograrlo nunca.

 Hemos perdido en esa vivencia muchas cosas, irrecuperables;
 vivir momentos felices insignificantes que pasaron a nuestro lado,
 sin apenas darnos cuenta, no disfrutar de cosas que pensábamos
 iban a repetirse y no fue así y un sin fin de hechos a los que
 nunca dimos la más mínima importancia, que hoy la tienen.

 En fin, se le atribuye lo de “es ley de vida” y nada más.
 acabé entonces por sacudirme el polvo y me encontré
 con lo que soy, con lo que pienso, con lo que siento y
 con lo que vivo, Yo.


 Marcelino Menéndez González

3 comentarios:

  1. Anónimo1:13 a. m.

    Qué poesía más bella! Por qué dejas de soñar? Mientras tengamos aliento hay que seguir soñando! Es un honor conocer sus letras. Felicidades

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  2. Una belleza para pensar

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    Respuestas
    1. Los pensamientos y los sueños no tienen espacios limitados y son libres, para llenarnos a veces la vida de lo imposible. Pero soy de los que sigo soñando, ante la búsueda y la inquietud de lo posible. Un abrazo Marcelino

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