Cuando
el silencio se oye,
surge
una extraña quietud;
es
entonces, cuando lentamente
emana
un camino de invisibles reflexiones,
como
algo inesperado que te permitirá
atravesar
la realidad, empujando a través
de
cualquier oscuridad que te lo impida
y,
cuando exista el momento adecuado,
cruzarás
ese río que yace ante ti y su voz,
te
llevará hacia un lugar que vive ahí, dentro,
donde
escucharás la respuesta y con ella,
hallarás
la razón de una nueva existencia.
Marcelino Menéndez González
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