Entre las calles vivas de las palabras
una puerta cerrada, esperando ser abierta.
De las transparencias de su cristal percibo,
que de la unión de la intimidad y el asombro,
surge lo trémulo de la meditación
y la tersura de la timidez; y cuando el momento
ya no tiene tiempo de esperar la incertidumbre,
sin interferencia alguna fluye la artesanía pura
de la escritura, como agua y armonía,
belleza y poesía.
Son formas estructuras y texturas, y la libertad
de escribir, como la forja en el contorno del hierro
en los balcones, o las telarañas llenas de geometría
creadora, y esa luz, al principio tan tenue,
se transforma en la hora de la supremacía
de un destello y es cuando sientes, el nacer el verso…
Y aún así te preguntas, ¿es ése mi yo etéreo?.
Marcelino Menéndez González
No hay comentarios:
Publicar un comentario