Si bien era una tarde de invierno
como tantas otras, lo ocurrido entonces
la hizo distinta…
Tuve entonces el presentimiento
de que algo diferente sucedería, que lo envolviera
de magia y misterio, y así fue…
Era como si en el aire flotara un sentimiento
profundo y errante, buscando cobijo y calor
desprovisto de alas y prejuicios, con el deseo
inmenso de hallar un remanso donde descansar
y así ocurrió; fue una comunión con el mío
que, pletórico de miedos y desconfianza, se complementaron
en el vértice de la inquietud y la ansiedad,
en una convergencia tan anhelada, que se deslizaron
al unísono a ese encuentro, en momentos especiales
de entrega total y sin reservas.
Todo resultó especial, único y tan increíble,
que el propio transcurrir de los años nunca empañó y fue
abonando esa relación de tantas cosas bellas,
que aún existen y perduran con una inmensa
fuerza interior.
Siendo a través de haberse iniciado esa vivencia
-en aquella tarde de invierno hace más de diez lustros,-
en donde, si la pasión duerme, el cariño y la razón
permanecen despiertos con cada nuevo día y tardes
plenas de arrebol.
como tantas otras, lo ocurrido entonces
la hizo distinta…
Tuve entonces el presentimiento
de que algo diferente sucedería, que lo envolviera
de magia y misterio, y así fue…
Era como si en el aire flotara un sentimiento
profundo y errante, buscando cobijo y calor
desprovisto de alas y prejuicios, con el deseo
inmenso de hallar un remanso donde descansar
y así ocurrió; fue una comunión con el mío
que, pletórico de miedos y desconfianza, se complementaron
en el vértice de la inquietud y la ansiedad,
en una convergencia tan anhelada, que se deslizaron
al unísono a ese encuentro, en momentos especiales
de entrega total y sin reservas.
Todo resultó especial, único y tan increíble,
que el propio transcurrir de los años nunca empañó y fue
abonando esa relación de tantas cosas bellas,
que aún existen y perduran con una inmensa
fuerza interior.
Siendo a través de haberse iniciado esa vivencia
-en aquella tarde de invierno hace más de diez lustros,-
en donde, si la pasión duerme, el cariño y la razón
permanecen despiertos con cada nuevo día y tardes
plenas de arrebol.
Marcelino Menéndez González
OTRA VEZ POR AQUÍ, VES, LAS REDES DE POESÍA ME HAN TRAÍDO; NADA QUEDA EN EL ANONIMATO, NADA INFRUCTUOSO;
ResponderEliminarTODO HACE SU PAPEL EN LA VIDA.
BODAS DE ORO ES UN MODERNO CANTO AL AMOR...CARMEN ISABEL