05 julio 2010

RINCONES SIN LUZ


Estoy y me siento receptivo a muchas cosas;
son sensaciones como la de saber que las estrellas
que no ves, siempre siguen ahí…

Y siguiendo el camino de la reflexión,
encontrar y contemplar el rostro del horizonte,
pudiendo disfrutar el oro crepuscular de un paisaje
de aguas mansas y en los mundos del sentimiento
matizarlo todo con la belleza de la plenitud y el universo
de la sensibilidad.

Sintiendo así, en lo profundo del encantamiento interior,
la lectura de lo sublime y lo tierno.

Aprender a alumbrar los rincones despojados de luz
cuando todo oscurece, con el resplandor de las luces
del amor y aceptar que muchas veces, por largo
y deliciosamente maravilloso que nos parezca el silencio,
siempre existirá la palabra que lo rompa

Marcelino Menéndez González

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