Toda la luz de la tierra
la verá un día el
hombre, por la ventana de una
lágrima.
León Felipe.
Cuando se incorpora el misterio
a la leyenda, con el paso del tiempo,
sigue rescatándose de la oscuridad
con la altura luminosa del conocimiento,
la esencia de la vida; descubriendo
perfiles ignorados de estrellas y vientos
descalzos y perdidos, en el infinito camino
de múltiples asombros y desconciertos.
Y nos permite, a pesar de los percances
como llamas cambiantes de una hoguera,
poder penetrar por los pequeños resquicios
de la bondad, y llegar a descubrir
la inmensa belleza del alma de las cosas.
Marcelino Menéndez González