Cuando se estremece nuestro interior
de fuertes emociones,
y nos hace vibrar hasta la extenuación
convirtiéndolas en energía vital,
es cuando más cerca se puede sentir
el surgir del verdadero centro de la
existencia,
-el más íntimo y profundo- del que emanan
los sentimientos más claros, limpios e
intensos,
capaces de enriquecer la razón,
de la vida misma…
Marcelino Menéndez González
No hay comentarios:
Publicar un comentario