30 junio 2008

NUNCA SE ACERCO A MI


Quisiera poder adentrarme
en la profundidad de los sentidos
y notar la transcripción del sentimiento
en el momento en que se produce.

Aprender a percibir la realidad
-como el gorrión el alba-,
y es que sólo escucho el toque en la puerta,
y cuando abres…nadie, no ves los ojos
de nadie. pienso entonces y siento
estar donde nadie alcanza a ver,
como si fueran huellas solitarias
del viento en las hojas…

Y en lo oblicuo, como el borde de un cristal,
brilla algo dentro de mí que ignoro y
sin embargo brilla, como si se encendieran
a la vez, los cirios en todos los candelabros
y surgiera de esa luz, una música invisible
que destilara felicidad que se apresurara
hacia su goce, como hermosura que nunca
conocí y como todo lo bello que
resplandece mudo…

Marcelino Menéndez González

LO INEFABLE

Cuando veo reunidas la tristeza y la pena
es, cuando más siento la mía y así,
buscando que doy y que me dan
encuentro, quien era y quien soy.

Y me siento entonces, como un pájaro
marino huérfano sobre las olas, donde
surgen espacios vacíos para la añoranza
del tiempo vivido, segados por la propia
nostalgia y cuyos silencios, hacen más
intolerable la soledad íntima.

¡Ah! si tuviera entonces una nueva oportunidad
para cambiar mis sentíres más internos,
pero cómo, de qué manera, para que pudiera
mostrarse lo inefable…

Marcelino Menéndez González

NADA SE OYÓ


Nada se escuchó…
ni un balbuceo, ni un sollozo,
ni la lágrima deslizándose evasiva,
ni el silencio, ni el adiós…¡todo calló!

Mientras, una sonrisa estaba
construyendo una esperanza pero,
en el azul infinito se diluyó, en ése espacio
en ese vértice donde…tampoco,.¡nada se oyó!

Y lo que sentía y lo que pensaba
con gesto de horizonte donde ya nada queda,
solo el aire…permaneció…

Marcelino Menéndez González

BUSCA EN TI

Guarda tus pensamientos para tus deseos más íntimos.
Aristóteles.

Vamos siendo nuestra propia isla
rodeados de los límites de las aguas,
de nuestro propio mundo…
viéndonos así mismos, como un destino
que no escapa al orden universal.

Quizá buscando lo que nunca fue,
y si fue, es eso que no se dice
y se queda en el borde de las cosas,
en un atisbo de eternidad.

Viviendo el propio cauce
sintiéndolo fluir al rededor tuyo,
ya sea materia o esencia y todo
lo que no se encuentra bajo otra perspectiva,
pero donde tu agua, será siempre mi agua…

Marcelino Menéndez González

29 junio 2008

VÉRTIGOS

Son finos sonidos en el borde del oído
que me hacen oscilar,
son olas que van y vienen
como vida que navega en el columpio
del mar, en un horizonte infinito
de profunda soledad.

Huye la vida buscando otra vida
sin lágrimas, sin conciencia,
huye y no regresa y adquiere la forma del pensamiento
y permanece en el fondo de una transparencia,
con sensación de cristal y brilla,
brilla en el espacio buscando el aliento de
lo desconocido, sin regresos y ausencias, con alas
eternas y luz bajo los párpados, leyendo el mundo
con los ojos abiertos y dejando las sombras,
en los follajes del viento…

Son tenues sensaciones de un final.

Marcelino Menéndez González