En el escenario de la memoria
se respira con un aliento lejano,
tratando de recuperar la magia
de la autenticidad, para capturar
aquella belleza de lo sencillo
y llenarla de esperanza...
Quisimos vivir de lo simple, pero
olvidamos el arte, la delicadeza,
y la grandeza de su belleza temprana
pensando que en ello podía estar todo,
y vimos que no fue así, ya que creamos
lo complejo, lo difícil y lo complicado.
Todo pudo permanecer inmutable, como
cosas y momentos que nunca se olvidan,
como una mirada que jamás se repite
y la tuya así lo fue, una luz pura plena
de dulzura reflejándose en mí y, aunque
el tiempo transcurrió como frío afilado
y terrible de un cierzo invernal, al final
no encontré sitio donde volver, pues estuve
siempre de paso y en donde todo se fue
quedando tan lejos, distancia, tan lejos,
recordando aún la impotencia de rodillas
temblorosas...
Y hoy, vivo sin mí, sin ti, sin nada...
se respira con un aliento lejano,
tratando de recuperar la magia
de la autenticidad, para capturar
aquella belleza de lo sencillo
y llenarla de esperanza...
Quisimos vivir de lo simple, pero
olvidamos el arte, la delicadeza,
y la grandeza de su belleza temprana
pensando que en ello podía estar todo,
y vimos que no fue así, ya que creamos
lo complejo, lo difícil y lo complicado.
Todo pudo permanecer inmutable, como
cosas y momentos que nunca se olvidan,
como una mirada que jamás se repite
y la tuya así lo fue, una luz pura plena
de dulzura reflejándose en mí y, aunque
el tiempo transcurrió como frío afilado
y terrible de un cierzo invernal, al final
no encontré sitio donde volver, pues estuve
siempre de paso y en donde todo se fue
quedando tan lejos, distancia, tan lejos,
recordando aún la impotencia de rodillas
temblorosas...
Y hoy, vivo sin mí, sin ti, sin nada...
Marcelino Menéndez González
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarcool blog
ResponderEliminar"PERO QUE REGALO TAN GRANDE" Nos han dado una breve y maravillosa antologia de este GRANDE VATE...Marcelino Menéndez G. Leerlo es una delicia y seguramente no nos conformaremos sino que hasta degustar el banquete por completo.
ResponderEliminarMe pongo de pie para aplaudirle y estrechar su mano con mi felicitacion.
Rafael Merida