07 abril 2009

EL MISTERIO ESCONDIDO


Cuando la mente se detiene
un apacible momento y permanece
quieta para pensar, en ese resquicio
es cuando más consciente soy,
de mi propia fragilidad y de mi
palpable impaciencia...

Y es quizá, con ese vacío de esencias
y esos silencios que hablan sin palabras,
cuando medito, que siempre hay un misterio
que nos rodea y envuelve; sólo falta
encontrarlo, en un color, en una mirada,
o una sonrisa, ya que siento que las mejores
cosas que nos ocurren, son a su vez, las que
nos sorprenden con lo inesperado...

Como ese trébol de 4 hojas que tanto
buscamos, en el jardín de la vida, y es entonces
el disfrutar, lo que nos hace felices.

Marcelino Menéndez González

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