15 octubre 2009

EL OCASO


Siempre me sorprenden los resultados inesperados
aunque los haya presentido en alguna ocasión.

Si bien el ocaso ocurre en el mismo horizonte
del poniente, no hay ocasiones iguales al cumplir
su rigurosa cita inaplazable, y es así como lo adorna
de múltiples y diversos matices de colores.

Se vuelve como un hilo que recorre y traslada
distancias y sensaciones, con emociones y vivencias
y es capaz de llenarlas de especial sensibilidad,
con la cualidad natural de descolgar ante nuestra mirada,
lo diverso y lo bello.

Es la llave natural que abre los sueños crepusculares.

Marcelino Menéndez González

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