La capacidad de crear la propia energía
e incluso de transformarla en el interior
de cada uno, podría ser uno de los misterios
de la vida.
El estar solo e inmóvil, no imposibilita
lo que ocurre en ese interior, donde hay
cambios y reacciones que son intangibles
y tampoco se ven; sin embargo es algo
que nunca se acaba hasta que llega el cese del latir.
Y sabiendo cultivar esa energía interna
y su equilibrio con el exterior, dirigida
desde el organismo en plenitud,
-con sus diversos fines- conseguiríamos
aglutinar toda la fuerza implícita que lleva consigo.
Aunque a veces, algunas veces, llego a sentir
que no soy yo quien controla ese instinto
de lo que hago o dejo de hacer, sino que surgen
como simples reacciones mecánicas y espontáneas.
Todo por lo tanto podría quedar incluido,
en esa falta de conocimiento de lo que somos
Marcelino Menéndez González
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