La tarde se volvió sombría
y su mirada era triste,
aunque sonreía.
La lluvia dejó su peculiar
olor a tierra mojada,
y sin poder creer que sucediera,
surgió el adiós y sentí
cómo el silencio, nos envolvía.
Y volvió la lluvia y llegó la noche
y nosotros queriendo hallar
entre sombras,
el amor...que ya no existía.
Marcelino Menéndez González
No hay comentarios:
Publicar un comentario