07 enero 2009

EXPERIENCIA AJENA


Cuando abre sus ojos la inquietud
arrancada de las ramas del tiempo,
quiero recordar una historia que nunca viví
y de un sitio que no estuve jamás.

Por mí oída, era la de una persona
que iba con paso presuroso hacia un lugar,
diciendo que vivir es vibrar a cada instante
y que ya no le quedaba tiempo, pues sólo le
restaba un pequeño espacio de vida.

Su andar era, por caminos internos queriendo
llegar a su propio yo y conocerse así mismo,
frente a realidades diferentes, ante expresiones
de conciencia en su búsqueda espiritual
de armonía, llevando a cabo una continua
meditación, como estado de cognición intensa
e inmediata, en donde su personalidad
se hallaba absorta, en una relación intensa
aunque infinita.

Al final decía sentir, una sensación muy plácida
al apreciar una intensa luz, que dejaba
a la sombra vencida pero, sin haber culminado
su especial propósito y con un escozor de ojos
antes de las lágrimas, expresó...a mi lado
ha pasado la vida y yo sin haber logrado sentir
vivirla ..pero vivirla.¡dentro!.
Marcelino Menéndez González

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