“Porqué sólo aquellos que se arriesgan
a ir muy lejos, pueden llegar a saber
que pueden ir”... T.S.Eliot
Esta tarde, después de sentarme placidamente,
con las piernas extendidas y las manos entrecruzadas,
en medio del silencio me quedé dormido.
Soñé en algo que era mío en mi y se fundió
en mi pensamiento e inicié un viaje, a distancias
impensables y sentí como se rompían los días
en los silencios, y ví auroras que cantaban,
y cómo la flama era compendio del fuego
y de la brasa y contemplé lágrimas sin ser
lloradas y supe que mi alma existe aunque no la veo.
Aprecié cuando resbala lo oscuro a la luz,
y la dulzura amortigua la aspereza;
noté que las palabras tienen relieve;
y mientras se perfilaban los bordes de las cosas,
y de las piedras de un camino, viví la sensación
de que algo entraba en mi sin más, como un zureo
de palomas ... un no deseado despertar...
Marcelino Menéndez González
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