Hace poco tiempo, me encontraba sentado
en el borde de un muro, ensimismado viendo
toda la magnitud de un bello atardecer.
En un momento determinado, sentí la capacidad
de entender las “es” de entusiasmo, energía
y empatía, y pensé en la máxima filosófica
de “así como piensas, eres”…
Recapacité en que, nuestros pensamientos
han hecho lo que somos, pero que, sin embargo,
tenemos la capacidad de convertirlos en lo
que deseamos y, para conseguirlo, necesitamos
dirigir nuestra propia energía para crearlos,
con una voluntad consciente de ello, ya que
todo comienza y termina en nosotros.
Y con la facultad de “sentirse dentro”, entender
los pensamientos y emociones ajenas, compartiendo
los sentimientos, poniéndose en lugar de los demás,
con la sensación más diáfana de la empatía.
Todo acompañado del entusiasmo, como una fuerza
proyectada y libre que corre como el agua del río,
sintiendo que uno mismo es su propio cauce y con ello,
la afirmación también de si mismo, con la capacidad
de resolver las cosas transformándolas siempre,
en algo positivo.
Así, como una nueva y renovada energía, vivir
la percepción de que lo mejor está aún por venir;
podría decir que hoy he visto junto al crepúsculo
un paraíso interior, como un Dios activo dentro de mí.
en el borde de un muro, ensimismado viendo
toda la magnitud de un bello atardecer.
En un momento determinado, sentí la capacidad
de entender las “es” de entusiasmo, energía
y empatía, y pensé en la máxima filosófica
de “así como piensas, eres”…
Recapacité en que, nuestros pensamientos
han hecho lo que somos, pero que, sin embargo,
tenemos la capacidad de convertirlos en lo
que deseamos y, para conseguirlo, necesitamos
dirigir nuestra propia energía para crearlos,
con una voluntad consciente de ello, ya que
todo comienza y termina en nosotros.
Y con la facultad de “sentirse dentro”, entender
los pensamientos y emociones ajenas, compartiendo
los sentimientos, poniéndose en lugar de los demás,
con la sensación más diáfana de la empatía.
Todo acompañado del entusiasmo, como una fuerza
proyectada y libre que corre como el agua del río,
sintiendo que uno mismo es su propio cauce y con ello,
la afirmación también de si mismo, con la capacidad
de resolver las cosas transformándolas siempre,
en algo positivo.
Así, como una nueva y renovada energía, vivir
la percepción de que lo mejor está aún por venir;
podría decir que hoy he visto junto al crepúsculo
un paraíso interior, como un Dios activo dentro de mí.
Marcelino Menéndez González
LEYÉNDOTE, ADEMÁS DE SABOREAR POESÍA SE APRENDE A CONOCER FACETAS DE LA VIDA, Y FORMAS, PARA PODER ENTENDERLA MEJOR...UN SALUDO.
ResponderEliminarISABEL GRIMA
Hola mi estimado amigo POETA Marcelino:
ResponderEliminarEntusiasmo, energia y empatia.
" asi como piensas eres"
Es asi como veo estos versos,con optimismo y vitalidad, con precision emotiva que nos envuelve e ipnotiza, pues su poesia no pretende sorprender, sencillamente nos hace emocionar.
MªJosé