Cuántas veces me he paseado por las soledades
enterrando sueños, en noches interminables
de horas suspendidas cavilando
sobre lo incierto; viviendo esos instantes
intangibles del sentir, pendiendo de los hilos
de los sentimientos y con el vibrar
de la energía emocional…
Otras, con las alas de los sueños que vuelan
conmigo, invado el infinito armónico de los pensamientos,
y vivo entonces la contemplación, buscando
si la razón es la morfología de la conciencia,
y si en una profunda reflexión se puede hallar,
la paz inverencial y la propia voluntad sosteniendo
la armonía espiritual.
Marcelino Menéndez González
Me embelesa tanta reflexión, bien hilvanado ese balanceo,es como la vida misma. soltar amarras y volar, quedar quieto y silenciar los sueños.
ResponderEliminarMucho mejor desgastar lo tangible no?
Felicidades querido amigo Marcelino.
MªJosé