Fue un oír, fue un sentir
y en un instante, surgió
todo el esplendor de lo mágico y lo bello.
Fue vivir la armonía más dulce y exquisita
que nació hinchiendo de razón la vida misma,
y todo se llenó de sentimiento desde la orilla
más íntima del ensueño y la ilusión,
rozando con sus bordes la esencia toda
de la felicidad…
Y como algo único e increíble, profundo
e intenso, me invadió el alma dulcemente,
colmándola de plenitud de amor y de luz…
Marcelino Menéndez González
Que hermosa sensación. que hermoso sentir, buen ritmo en el compas de la dicha.
ResponderEliminarTe felicito querido Poeta
magnifico!!!
MªJosé